“La Casona”, una estructura que encierra cerca de 15 años con señalamientos de corrupción y permisos cuestionables a pasos del balneario Puerto Nuevo, en Vega Baja, está en la última fase del contrato de deslinde que determinará si está ubicada en zona marítimo terrestre, si es un bien de dominio público, lo que a su vez resolverá si se puede convertir en un hotel cuyo desarrollo ya tiene nombre y apellido.
El alcalde Marcos Cruz Molina afirmó a este medio en declaraciones escritas que se ha cumplido a tiempo con todo el proceso, que tiene a la comunidad en la expectativa, y que “antes del 8 de marzo debemos tener el informe y debe ser presentado al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales” (DRNA).
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El agrimensor Carlos Vega Santos asumió el contrato –firmado el 24 de octubre del año pasado y vigente hasta este 8 de marzo– por la suma de $16,500. Según el gobierno municipal, al 22 de febrero, Vega Santos no había sometido facturas por completar las primeras siete fases del proyecto, por lo que no se había desembolsado pago alguno.
Un proceso controversial
Según se ha denunciado, el desarrollo de “La Casona” ha incluido corrupción, permisos polémicos y muchos años de lo que residentes y activistas consideran la obstrucción de una gran porción de tierra en la Playa Puerto Nuevo.
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“La playa de Vega Baja estaba llena de palmeras, almendros, mangles y un montón de otros árboles. Hace más de 20 años, el gobierno expropió todas las construcciones pequeñas que habían alrededor de la playa, donde la gente pasaba por una carretera que había. Eso era bien típico de esta playa, la interacción de la gente con lo que había en esa comunidad. Expropian toda esa franja, y, de momento, Edgar Santana (exalcalde novoprogresista convicto por solicitar y recibir sobornos), hace 13 o 14 años, desarrolla la hacienda”, compartió Wendy Matos, vecina e integrante de Vegabajeños Unidos.
El 26 de septiembre de 2023, la Asamblea Municipal aprobó el Proyecto de Resolución Número 46, permitiendo al alcalde gestionar un acuerdo de arrendamiento por 30 años, con opción a compra, con la compañía Melao Holdings LLC. El fin es desarrollar un hotel.
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Sin embargo, debido a las preocupaciones y la oposición de la ciudadanía, no pasaron 15 días luego de aprobarse la medida cuando el alcalde la vetó.
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“Una vez vimos el proyecto, nos preocupamos rápido, porque estamos hablando de la privatización de bienes de dominio público”, dijo Edwin Marrero Santiago, legislador municipal y candidato a la alcaldía de Vega Baja.
Ante los reclamos, la administración municipal convocó a una vista pública, celebrada el 30 de septiembre, donde una sola persona argumentó a favor de la construcción de un alojamiento en la estructura.
En entrevista con este medio en diciembre, el alcalde Cruz Molina rehusó mencionar los nombres de quienes están a cargo de esta corporación y se limitó a explicar que la compañía lleva cinco años realizando proyectos de turismo en Puerto Rico.
Sin embargo, según el registro de corporaciones, Melao Holdings LLC. se creó el 29 de mayo de 2023, tres meses antes de la subasta de la estructura. Al mando de esta corporación se encuentran Manuel Noguera Pérez y César Candia Gatasol, previos socios de MN Investment LLC., compañía de bienes raíces dedicada a la adquisición, renovación y manejo de propiedades.
La compañía ya tiene una maqueta de las remodelaciones que, según el alcalde, consistiría en modificar la estructura ya existente. Con una inversión de $6 millones, la empresa propone construir un hotel con 59 habitaciones, incluyendo piscina, spa, restaurante, entre otras comodidades.
Se organiza la comunidad
Entre las organizaciones que confrontan la construcción en el balneario de Vega Baja está Vegabajeños Unidos, que se constituyó luego de hacerse público el alquiler de “La Casona”.
“Vega Baja tiene un historial bien largo de lucha, de lucha por diferentes organizaciones”, compartió la residente Wendy Matos.
Rocío González, maestra y parte de la organización, aseguró que no descartan comisionar un deslinde para confirmar que el análisis gestionado por la administración municipal sea correcto. Añadió que no tiene certeza de la fecha del último deslinde que se hizo en la playa de Vega Baja. Este medio intentó obtener detalles a través del DRNA, pero no se había recibido respuesta al cierre de esta edición.
Nilsa Camareno, empresaria, añadió que la organización solicita una demolición sana de la estructura. “Tienen que tomar en consideración que esa arena no puede estar contaminada, que ningún residual puede llegar al agua, a nivel de costa todo debe quedar inmaculado”.
Las participantes de la organización, además, argumentaron que la zona es inundable.
La promesa de un proyecto verde ante su impacto ambiental
El investigador y ambientalista Ricardo Laureano compartió que un procedimiento de derrumbe tendría menos impacto ambiental que poner a funcionar la hacienda, además de ser menos costoso.
Según Laureano, lo ideal sería desarrollar un plan de control de erosión y sedimentación, posicionando las barreras necesarias para evitar que lo que se está demoliendo llegue al ecosistema. Afirmó, además, que no es viable la construcción de un hotel en el área.
El ambientalista relató que en Vega Baja hay un alto anidaje de tortugas carey, y que ya registraron al menos un caso en el que una de ellas desovó más cercano al agua de lo que debía, ya que tropezó con la estructura. Como consecuencia, de aproximadamente 80 huevos solo nacieron cinco.
Una estrategia sugerida por Laureano es ubicar dunas y plantar viveros luego de derrumbar “La Casona”. También, destacó la importancia de involucrar a la comunidad para que la zona vuelva a ser “lo que un día fue”.
Pero el plan oficial es otro. El alcalde Cruz Molina justificó el establecimiento del hotel argumentando que tendrá un “desarrollo sostenible”, balanceando los intereses económicos con las mejores prácticas de conservación del medio ambiente. “De la misma manera que existen más hoteles ubicados en las playas, que son reconocidas a nivel internacional”.
La playa de Vega Baja ha sido revalidada en la categoría internacional Blue Flag, o Bandera Azul, debido al buen manejo y la protección ambiental. Cruz Molina afirmó que la construcción del hotel no afectará esta clasificación.
El 10 de noviembre del año pasado, el senador José A. Vargas Vidot, presentó un proyecto que crearía la “Ley de la Reserva Natural Los Jardines Submarinos de Vega Baja y Manatí”, con la finalidad de “designar el litoral costero localizado en los Municipios de Vega Baja y Manatí con dicho nombre; delimitar el área total de la reserva, para la conservación de su biodiversidad y el manejo adecuado de la misma”. La medida fue referida a la comisión de Agricultura y Recursos Naturales en noviembre y allí no vio más acción.
Gabriela Meléndez Reyes es estudiante de primer año de Periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón. Esta publicación es una colaboración entre Metro y el programa EntreMedios.