Ante la publicación de un estudio que reveló un exceso de muertes durante los pasados siete años, y con el 2017 y 2022 como picos de esas cifras, el aumento de defunciones se podrían adjudicar a fallas en el sistema de Salud de la Isla, apuntó la epidemióloga Cruz María Nazario.
Tanto el 2017 como el 2022 fueron años en que Puerto Rico sufrió el embate de huracanes y los desastres subsiguientes que eso puede traer en las semanas siguientes. Por lo tanto, no es casualidad que fueron los dos periodos en el que se registraron más muertes.
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No obstante, para la epidemióloga, en el caso de 2022, cuando el huracán Fiona provocó estragos en la región suroeste de Puerto Rico, el exceso de muertes no se le puede adjudicar únicamente al evento atmosférico debido a que estaban presentes otras variantes, como lo es el COVID-19.
“[En ese año] Creo que el exceso de mortalidad, me da la impresión que donde está más relacionado es con la COVID que con el huracán Fiona, porque con el mismo huracán, la crisis de falta de energía eléctrica que vivimos por mucho tiempo sin algún tipo de servicio no se vio en Fiona”, expresó Nazario durante una entrevista telefónica con Metro Puerto Rico.
“Esto es un análisis que evidentemente, no es un análisis de los certificados de defunción, sino de la información que aparece en los registros”, agregó.
Dado a esto, la doctora entiende que para saber con precisión las razones por la que se experimentó un pico de defunciones, el estudio debió tomar en cuenta los certificados y, encima, diferenciar si eran muertes indirectas por COVID-19.
El estudio al que alude la epidemióloga fue realizado por la Oficina de Epidemiología del Departamento de Salud. En él se analizó la mortalidad en Puerto Rico entre el 2015 y el 2022. Sin embargo, durante su presentación, la principal oficial de epidemiología en la agencia, Melissa Marzán, entabló que el estudio no buscaba establecer posibles causas de este incremento en defunciones.
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El análisis también reconoce que durante el 2022, periodo en el que se reflejó una mayor cantidad de defunciones en los siete años que transcurre el análisis, se pudieron haber registrados muertes relacionadas al COVID-19 pero que no fueron contabilizadas bajo ese renglón.
En específico, el 2017 reportó una tasa de mortalidad estandarizada de 6.8 muertes por cada 1,000 habitantes. En el caso de 2022 se registraron ocho defunciones por cada 1,000 habitantes, en comparación con los demás años, que, aproximadamente, se comportaron entre los 6.2 a 6.4 muertes por cada 1,000 habitantes.
Para Nazario, todo desastre natural debe conllevar un sentido de alerta para Salud y otras autoridades, pero el posible aumento de muertes crónicas podría representar que el sistema no está funcionado como debería.
“La gran mayoría de las personas que murieron durante el huracán María y que tenían enfermedades crónicas, murieron por fallas en el sistema. No encontraron dónde darse el análisis, a las personas no podían darle la terapia respiratoria en la casa, el diabético no tenía como guardar sus medicamentos, todo esto son fallas en el sistema”, expresó la doctora.
“Creo que lo que está diciendo el Departamento de Salud es que este análisis de tendencia dice que se siguen muriendo gente más allá de lo que se esperaba. Siempre esperamos la muerte, ese es el evento final de todos nosotros, pero usted no se tiene por qué morir si todavía si la enfermedad está controlada... Pero cuando ocurre un desastre, perdemos el control de todas las facilidades que son las que ayuda a mantener una persona aunque tenga una condición crónica”, mantuvo.