Ciudad de Guatemala — Entrar a Quintana Bistrot no se siente como llegar a un restaurante tradicional. Más bien es aceptar una invitación a una experiencia en una mesa donde el tiempo transcurre sin prisa y cada probada tiene una historia.
Aquí, el chef Alex Quintana, conocido cariñosamente como el Arquichef, y su esposa reciben a los comensales con una calidez genuina, siempre dispuestos a explicar cada plato como quien comparte un hallazgo valioso. No hay prisa ni formalismos innecesarios; lo que abunda es la conversación, la intención y el deseo de conectar.
Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de sumergirnos en la riqueza gastronómica del país a través de una experiencia culinaria de raíz maya que recoge los sabores más emblemáticos de Guatemala en cada probada: The Mayan Cuisine Experience: Los sabores de Guatemala en un bocado.
Bajo la filosofía del Slow Food, fuimos descubriendo la manera en que en Quintana Bistrot se relacionan con los alimentos, el territorio y la cultura gastronómica. El chef no se limita a presentar los platos, sino que se toma el tiempo con cada comensal, mientras va explicando con entusiasmo años de investigación sobre la riqueza culinaria guatemalteca.
Su esposa complementa esa narrativa con una hospitalidad cálida y cercana que convierte la velada en una experiencia especialmente memorable, en particular para los visitantes, como fue mi caso.
En Quintana Bistrot, la cocina nace de la investigación. “Nos encargamos de investigar y rescatar desde la parte de la arqueogastronomía, ver cuáles eran las raíces de nuestra cultura gastronómica maya hace más de 9,000 años”, relató Quintana.
Esa búsqueda constante se refleja en cada preparación y en cada historia que acompaña los platos, logrando que la experiencia se sienta educativa, divertida y deliciosa.
Algo que distingue la ocina de Quintana Bistrot es que es profundamente humana, en el sentido más literal. Aquí, las emociones también importan. “A la hora de cosechar, manipular la comida, cocinar y comer, es importante verificar qué emociones estoy sintiendo”, comparte el chef durante la velada. “Si tengo gratitud, amor, alegría o paz, la comida me va a sentar mejor o me va a quedar más sabrosa”.
El Arquichef explica cómo Guatemala, aunque cuenta con 22 departamentos, se organiza gastronómicamente en siete regiones determinadas por la altitud, el clima y la producción agrícola. Cada preparación conecta con un paisaje distinto y con ingredientes que nacen de una tierra marcada por su origen volcánico.
“Toda esa ceniza volcánica nutre nuestra tierra como si fuera un abono natural”, compartió, explicando por qué el país produce una diversidad tan rica de vegetales, frutas, flores y especias.

El recorrido por sabores es amplio y equilibrado. Preparaciones frescas y herbales abren el apetito, mientras otras más profundas y especiadas conducen al paladar hacia ese punto de encuentro donde todos los sabores se integran.
“Cuando conjugamos los cuatro sabores, creamos un quinto sabor, el umami”, explicó el chef. “Ese umami puede estar en un restaurante elegante o en una comida de mercado; cuando aparece, te lleva al cielo”.
El umami, considerado el quinto sabor junto al dulce, salado, amargo y ácido, es un término de origen japonés que significa “sabroso”. En Quintana Bistro, ese umami es reflejo del respeto por el producto, el tiempo y la tradición.
Uno de los momentos más memorables de la experiencia llega con platos que integran ingredientes locales, técnicas contemporáneas y productos emblemáticos como el ron Zacapa Centenario, dando paso a combinaciones coherentes y profundamente guatemaltecas. Nada está colocado al azar; todo responde a una narrativa pensada y vivida.
El cierre, a través de postres elaborados con chocolate guatemalteco de alta concentración, aguacate, gelato artesanal, pétalos de rosa orgánica y licores locales, reafirma el mensaje central de la experiencia: la gastronomía como identidad, memoria y emoción.
Quintana Bistrot no es un lugar para comer con prisa. Es un espacio para sentarse, escuchar, preguntar y dejarse llevar. El Arquichef y su esposa no solo cocinan; abrazan, acompañan, explican y comparten con generosidad años de investigación sobre la riqueza de la gastronomía guatemalteca.
Al final, uno se va con el corazón lleno y la sensación de haber comido muy bien, sí, pero sobre todo de haber conectado con una cocina que honra a sus ancestros.
Sobre Master Chef Alex Quintana y Moreno
Arquitecto y profesional de la cocina, es un reconocido embajador gastronómico de Guatemala desde 2016. Con múltiples premios, incluyendo el Tenedor de Lujo, su carrera se distingue por la fusión de técnicas de vanguardia con las raíces ancestrales de su país. Como cofundador del capítulo Slow Food Guatemala y presidente de la Federación Mesoamericaamericana de Master Chefs e investigadores (FEMAMEI) en Guatemala. Quintana ha impulsado un movimiento que rescata y revaloriza la cocina maya, siendo reconocido incluso por la UNESCO con un doctorado honoris causa por su investigación en este campo. Su trabajo ha sido clave para que la gastronomía guatemalteca patrimonio cultural.
Además de su influencia culinaria, el chef Quintana destaca por su compromiso social. Ha colaborado con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU como socio para crear conciencia sobre la desnutrición crónica infantil y ha llevado a cabo proyectos para combatir el hambre en Guatemala, como en el caso del huracán ETA.
A través de iniciativas como el movimiento The Mayan Cuisine y el apoyo a productores locales, su labor no solo eleva la cocina guatemalteca a nivel global, sino que también contribuye a la sostenibilidad y a la lucha contra la desnutrición, demostrando que la gastronomía puede ser una poderosa herramienta de cambio social.


