Lima, Perú — Como parte de la agenda especial por la celebración de la gran final de Masters of the Craft 2025, Marriott del Caribe y Latinoamérica (CALA) llevó a los finalistas —y a Sabrosía— a conocer la esencia gastronómica del Perú a través de una inmersión cultural y culinaria que incluyó un recorrido sensorial por el huerto orgánico Don Torcuato (suplidor de productos gourmet exclusivos para Marriott), además de un recorrido histórico por el distrito artístico de Barranco.
Mucho más que perfeccionar técnicas culinarias, el propósito fue sumergir a los participantes en el corazón vivo de la gastronomía peruana, a través de experiencias cuidadosamente diseñadas para la ocasión, explorar la riqueza cultural, climática y ancestral del país, y experimentar de primera mano la preparación de una pachamanca tradicional. Esta inmersión permitió comprender por qué Perú se ha consolidado como uno de los grandes referentes gastronómicos del mundo y por qué fue seleccionado como sede para esta edición del certamen.
Masters of the Craft es una competencia interna de Marriott que celebra a los talentos emergentes, brindándoles una plataforma para crecer dentro de la compañía y visibilizar su potencial. Según explicó Thais Rodríguez, directora culinaria de eventos para el Caribe y Latinoamérica, el propósito de la plataforma es impulsar a los asociados de línea y reconocerlos fuera de la rutina operativa.
“Es súper importante crecer desde adentro. Hay muchas oportunidades, y lo esencial es ver quién puede resaltar y convertirse en uno de esos potenciales que crecen con la compañía”, compartió Rodríguez. Añadió que, en un campo tan exigente como alimentos y bebidas, esta competencia permite que los participantes salgan del entorno habitual de la cocina, se expongan a líderes de la industria y amplíen su red profesional. “Cuando visitamos propiedades y encontramos a alguien que llegó a los finales, ya están como supervisores o gerentes. El crecimiento es el premio real”.

La elección de la sede del certamen resultó bien acertada. Perú se proyecta como foco gastronómico por su geografía y cultura. Así lo explicó la historiadora y guía turística Alexandra de M&A Lux Experiences, quien encabezó el recorrido por Barranco y ofreció una mirada esencial para entender la magnitud culinaria del país.
“La gastronomía peruana se ha convertido en un pilar para este país, pero no porque las fusiones sean su único mérito. El crédito se lo debe llevar la geografía del Perú”, afirmó mientras caminábamos por el distrito artístico.
La guía explicó que Perú posee 38 tipos de clima, además de tres grandes regiones naturales y múltiples microclimas que permiten cultivar una diversidad extraordinaria de productos. Esta diversidad abrió paso a un ecosistema gastronómico vibrante donde conviven propuestas artesanales, tradicionales, reinterpretaciones, chocolaterías, y cocina Nikkei, entre muchas más.
A su análisis se sumó la voz del reconocido chef peruano Diego Muñoz, parte del jurado del evento y referente de la cocina latinoamericana. Para este, la grandeza de la gastronomía peruana tiene raíces mucho más profundas que una tendencia culinaria.
“Estamos pasando por un súper momento. Lima, sobre todo, pero el Perú en general siempre ha sido importante por su alimentación, por sus productos y por su control de diferentes pisos altitudinales. En el imperio Inca, la moneda era la comida, no el oro. Venimos de una cultura arraigada a la tierra, a la pachamama (madre naturaleza), al alimento”, explicó a Sabrosia.PR
Muñoz añadió que la diversidad natural del país es incomparable. “Tenemos la suerte de estar en un país bendecido, con dos corrientes marinas, un desierto inmenso donde igual se producen cosas interesantes, los Andes y la Amazonía detrás. Hay microclimas donde se da de todo y una cultura de alimentación muy grande. Las papas, por ejemplo, son grandiosas y representan identidad, terruño, historia”.
Considera que ese legado continúa vivo gracias al trabajo de los cocineros peruanos que hoy representan al país en todo el mundo. “Hoy por hoy tenemos grandes cocineros llevando nuestra cultura al mundo y dándole oportunidades a toda la comunidad peruana. Eso es lo lindo de la gastronomía que le da oportunidades a todos”, dijo.
Sobre el ritual de la pachamanca, Muñoz destacó el simbolismo ancestral. “Cuando haces una pachamanca siempre agradeces a la tierra. En las cosechas, en los Andes, siempre se le da gracias a la pachamama por lo que dio la campaña. Es un acto de agradecimiento total”, expresó.

La experiencia en Don Torcuato: una conexión profunda con la tierra
Ese vínculo espiritual con la tierra quedó plasmado en la preparación de la pachamanca en el huerto orgánico Don Torcuato. Guiados por Alfonso Roda fundador y propietario del huerto; el chef ejecutivo del JW Marriott Miraflores, Rafael Casín, y la chef del restaurante, Pilar Gutiérrez, los finalistas observaron cada etapa de esta técnica ancestral.
Casín describió la pachamanca como “una expresión viva de la cocina andina”. “Es una técnica que nace de la tierra y vuelve a ella. Cocinamos con piedras calientes, pero también con memoria, con raíces y con el espíritu de comunidad”, indicó mientras organizaba carnes, tubérculos y hierbas aromáticas como huacatay y chincho en el interior del horno de tierra.
El proceso —insertar piedras al rojo vivo, colocar los ingredientes en capas, cubrir con hojas y sellar con tierra— permitió a los visitantes comprender el diálogo entre técnica, territorio y tradición. Al destapar el horno, tras poco más de una hora, una nube de vapor ahumado reveló la esencia de este método artesanal que ha trascendido generaciones.
La experiencia culminó con una cena en los predios del huerto, donde cada sabor narraba su historia de origen.
La combinación de contexto histórico, legado ancestral, voces de expertos y experiencias, consolidó el objetivo principal del viaje: que los invitados comprendieran la gastronomía peruana desde su raíz.
Pero Perú no solo es un destino gastronómico; también es un referente turístico por la preservación de sus tradiciones y, sobre todo, por la calidez de su gente.


