El chocolate es uno de los placeres más universales, y cada 13 de septiembre se celebra su día mundial.
Sin embargo, no todo chocolate es igual: mientras algunos destacan por su sabor intenso y textura cremosa, otros pueden ser demasiado dulces o contener ingredientes que afectan su calidad.
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Por eso, identificar un buen chocolate no solo mejora la experiencia de degustarlo, sino que también refleja el cuidado en su elaboración y la selección de sus ingredientes.
En qué fijarse para reconocer un buen chocolate
En este sentido, el primer error común es fijarse solo en el porcentaje de cacao. Aunque es cierto que un chocolate oscuro, por tener menos procesos, conserva más polifenoles, grasas saludables y compuestos beneficiosos, esto no garantiza calidad por sí solo. “Nuestra marca cuenta con certificación de producto biodinámico, un estándar que avala el uso de prácticas agrícolas sostenibles y el cuidado del ecosistema”, asegura Santiago Peralta, fundador de Paccari.
La apariencia también da pistas importantes. Un buen chocolate debe tener un color marrón oscuro, brillante y uniforme. En cuanto al tacto, no debería derretirse fácilmente en las manos; además, al partirlo, debe escucharse un “crack” limpio. Este quiebre indica una proporción adecuada de cacao y una elaboración cuidadosa.
El aroma es otro elemento crucial. Un chocolate de calidad conserva su fragancia natural, pero si ha sido tostado a temperaturas superiores a los 120ºC, perderá buena parte de su bouquet. “Por eso, priorizamos procesos de tostado suaves que mantienen intacto el perfil aromático del cacao”, añadió Peralta.
Finalmente, el sabor debe ser persistente y equilibrado. Al colocarlo en la boca, el chocolate debe fundirse suavemente y liberar notas complejas sin interrupciones.
“La invitación, por tanto, es a celebrar con conciencia, aprendiendo a valorar no solo el sabor, sino también el origen y la ética detrás de cada tableta. Elegir un buen chocolate es también elegir un futuro más justo y sostenible”, concluyó el ejecutivo.