En una sociedad envejecida como Puerto Rico, donde el 30% de sus habitantes son mayores de 60 años, el riesgo de aumento en los casos de maltrato a esta población es real, por lo que la educación para prevenirlo y denunciarlo es clave.
“El problema del maltrato tiende a aumentar, mientras más aumenta la población frágil”, advirtió la procuradora de las Personas de Edad Avanzada,Carmen Delia Sánchez. La oficina que dirige realiza este mes de mayo, mes de la prevención del maltrato a los adultos mayores, una jornada de orientación en establecimientos comerciales.
Los tipos de abuso contra esta población son múltiples, e incluyen la negligencia, intimidación, la coacción, la violencia y el abandono en hospitales. Solo entre octubre y febrero pasados se reportaron más de 3,000 querellas, entre las que destacan negligencia y abuso emocional. Otra modalidad, la negligencia propia – que ocurre cuando el adulto mayor se descuida y no acepta ayuda – ocupa el segundo lugar en el número de querellas. Un delito cada vez más común es la explotación financiera. En ese mismo periodo se reportaron 959 querellas, 172 por apropiación ilegal y 29 por fraude.
Sánchez explicó que, así como esta población seguirá aumentando, se extenderán los años de sobrevida, así que habrá cada vez más adultos mayores cuidando a sus viejos. Esto impone retos adicionales, como el agotamiento físico y mental, que generan desinterés o descuido, y la falta de recursos económicos y médicos para proveerles calidad de vida adecuada. A diferencia de los niños, quienes usualmente van a la escuela y a otras actividades que les permiten a personas de su entorno identificar un posible patrón de maltrato, en el caso de los adultos mayores puede pasar desapercibido porque no están tan visibles o es un asunto familiar que se oculta, explicó.
Otras formas de abuso son ponerles sobrenombres, amenazarlos, negarles alimentos, gritarles, ponerle al cuidado de niños sumamente activos y negarles participar en actividades familiares. “Por cada caso que recibimos de maltrato, hay siete que no se reportan”, indicó.
“Los maltratantes pueden tener problemas de alcoholismo, adicción, salud mental, económicos, falta de conocimientos, conflictos familiares, estrés, desempleo. Hay varios factores de riesgo”, añadió la Procuradora. Se presentan casos de familiares que quedan al cuidado de padres que les abandonaron o se distanciaron en su infancia, y no saben manejar adecuadamente heridas o resentimientos a causa de ese pasado doloroso. Esto podría inducir a conductas negligentes.
Asimismo, la funcionaria exhortó a estar alertas sobre el trato que recibe la población que vive en instituciones de cuidado prolongado. “Si ve que hay cosas sospechosas, un horario de visita restringido, que no puede visitar el cuarto de la persona que está visitando, cómo está vestido, si lo tienen encamado todo el tiempo, verifique cómo se administran las medicinas”, recomendó Sánchez.
Recordó que la ley obliga a todo ciudadano a denunciar conductas sospechosas de maltrato. Agencias gubernamentales como el Departamento de la Familia y la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada reciben denuncias e investigan denuncias anónimas.
“El llamado que hacemos es que sabemos que hay muchos adultos mayores que están solos. Como vecinos tenemos que estar alertas. Tenemos una responsabilidad con esta población”, concluyó Sánchez.