La tenista polaca Iga Swiatek conquistó este sábado su primer título en Wimbledon al vencer de forma contundente a la estadounidense Amanda Anisimova con un doble 6-0, en apenas 57 minutos de juego. Con esta victoria, la actual número cuatro del mundo suma su sexto título de Grand Slam, tras haber ganado cuatro veces Roland Garros y una vez el US Open.
El dominio absoluto de Swiatek en la cancha central del All England Club la convirtió en la primera jugadora en imponerse con un doble 6-0 en una final de Wimbledon desde que la británica Dorothea Douglass Chambers lo lograra en 1911, hace más de un siglo.
“Es surrealista. Ni siquiera lo soñaba. Para mí era algo demasiado lejano. Siento que ya soy una jugadora con experiencia después de haber ganado otros Grand Slam, pero nunca esperé ganar este”, expresó emocionada la tenista de 24 años durante la ceremonia de premiación.
Anisimova, por su parte, no logró sostener su servicio en seis ocasiones y no pudo anotar un solo juego ante el nivel arrollador de su rival, que dejó claro por qué es una de las grandes figuras del tenis femenino actual.
Entre los errores no forzados (14 en el primer parcial y otros 14 en el segundo) y los nervios de la estadounidense, lógicos al tratarse de su primera gran final, sumados a la efectividad de Swiatek, a la que solo le hacía falta mover de lado a lado a Anisimova para acabar saboreando el punto, la final duró un suspiro y fue de las más rápidas de la historia.
Fuente de inspiración
Anisimova, con solo tres títulos en su carrera, y que dejó el tenis entre mayo de 2023 y enero de 2024, superada por el estrés que le generaba la competencia y las lesiones, nunca puso en dificultades a la polaca. Desconsolada tras la derrota, abandonó brevemente la pista antes de regresar para la ceremonia de entrega de premios. En ella no pudo evitar las lágrimas, felicitando a su adversaria con la voz quebrada.
“Eres una jugadora increíble y eso se ha visto hoy. Eres una verdadera fuente de inspiración para mí”, dijo la estadounidense dirigiéndose a Swiatek. “Tuve una quincena increíble, aunque hoy me faltó energía y me habría gustado hacer una mejor actuación. Seguiré trabajando y espero volver aquí algún día”, concluyó Anisimova, mientras su madre, Olga, también lloraba en el palco.
“No hay ningún torneo como este. Siempre estaba ansiosa aquí, porque caminar por estos pasillos era una gran presión, pero hoy he disfrutado mucho. He mejorado mi juego y ahora me siento muy cómoda”, dijo, por su parte, Swiatek.