Con amor, dignidad y gozo, el chef Iván Clemente diariamente se levanta para abrazar a los menos afortunados con platos de comida caliente y suministros de alimentos.
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El fundador de El Comedor de la Kennedy y quien lucha por erradicar el hambre y la desigualdad social en el mundo, ha sido ampliamente reconocido por su titánica labor social de más de cuatro décadas.
El Comedor de la Kennedy es una entidad sin fines de lucro, adscrita al Departamento de Estado de Puerto Rico, destinada a erradicar la inseguridad alimentaria en nuestro país. Desde ahí ofrece servicios de alimentación gratuita a miles de personas (niños, universitarios y adultos mayores) de todos los sectores de la población.
En la actualidad, El Comedor de la Kennedy también opera en varios países de Latinoamérica y el Caribe, y sirve de apoyo a más de 150 organizaciones de ayuda comunitaria.
Clemente, quien es considerado un milagro de vida, reveló que su madre biológica era adicta a las sustancias controladas y estando recluida en la cárcel, intentó abortarlo enterrándose un alambre, pero sobrevivió y nació con varias condiciones graves de salud.
“Mis padres adoptivos me criaron con mucho amor, esperanza y muchas ganas de vivir… Soy un milagro porque los doctores me habían desahuciado pero mis padres oraban por mí con mucha fe, y Dios hizo el milagro”, compartió en entrevista con Metro.
El amor, los valores y las enseñanzas de su familia adoptiva prevalecieron para moldear su espíritu altruista y corazón bondadoso.
Clemente ha visitado más de 110 países, realizando obras sociales benéficas y como conferenciante internacional contra la desigualdad social.
“Esta dedicatoria ha sido una sorpresa porque yo trabajo sin esperar nada. Trabajo por mi pueblo, mis niños y mis ancianos, para que ninguno se acueste sin comer. La distinción la vemos como algo especial en el aspecto de que más gente va a saber lo que estamos haciendo y despertará más conciencia de que necesitamos más ayudas para El Comedor de la Kennedy”, expresó.
Según reveló, actualmente brindan servicios a dos mil niños y más de tres mil adultos mayores alrededor de la isla. Asimismo, adelantó que próximamente extenderán las instalaciones del área de la cocina, en su afán de impactar más vidas. Es por esto que comparte la dedicatoria de la quincuagésima cuarta celebración de las Fiestas de la Calle San Sebastián.
“En Puerto Rico no hay problema de comida porque se puede conseguir, el problema es el acceso a esa comida. Los niños porque no trabajan y los adultos mayores porque con lo que ganan no les alcanza para vivir. Así que son dos grupos que están muy afectados por el hambre. Estamos luchando para erradicar la inseguridad alimentaria en Puerto Rico”, destacó Clemente.
Su pasión por la gastronomía y el civismo han convertido El Comedor de la Kennedy en mucho más que un lugar donde conseguir comida; es un oasis de esperanza, donde cada plato cuenta una historia y cada bocado nos enseña que falta mucho por hacer.