RIBERA DEL DUERO, ESPAÑA - Una impresionante bodega que combina el buen vino con el arte da un atisbo de la personalidad de Pago de los Capellanes, uno de los favoritos en Puerto Rico. El fundador y director de la bodega, Francisco “Paco” Rodero recibió a Metro en su elegante edificio desde donde compartió que la combinación de potencia y elegancia es la clave para el buen posicionamiento de sus vinos en el mercado puertorriqueño.
“El vino viene del tempranillo que nosotros tenemos que es una uva muy potente y entonces, en la elaboración y en la crianza vamos darle un toque, darle una suavidad, darle una elegancia. Nuestros vinos tienen la potencia, el sabor de la tempranillo, pero muy acompañados de la crianza que le hacemos. Entonces esto hace que nuestros vinos tengan potencia y elegancia a la vez, pues son muy agradables al paladar y la gente por eso los demanda y los pide”, relató Rodero.
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De hecho, pudimos experimentar desde su almacén de barricas ese trabajo de crianza al catar directo desde barrica los vinos Nogal y Picón 2016, y Doroteo 2015. Este último se trabajó en honor al padre de Rodero y por eso lleva su nombre.
Don Paco tiene una gran relación con Puerto Rico, a través de sus distribuidores en el archipiélago caribeño. Describe como simbiótica su relación con la familia Teixidor de B. Fernández. “Es una familia muy entrañable. Nos tenemos mutuo cariño y ellos han puesto mucho empeño en posicionarnos. Nosotros mucho empeño en acompañarles y que nuestro producto satisfaga las expectativas que ellos tienen. Tenemos una simbiosis muy interesante, muy importante. Ellos vienen muy a meno y nosotros también vamos allí. Tenemos una combinación fantástica y son nuestros importadores desde el primer momento”, relató el ejecutivo bodeguero.
Actualmente, Pago de los Capellanes produce unas 800 mil botellas de vino.