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Historias de Progreso: El dulce éxito de Gaby Mini Donas

(suministrada)
Propietarios de Gaby Mini Donas (suministrada)

Un dulce éxito

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Hay pocas experiencias tan únicamente puertorriqueñas como la de salir de un centro comercial luego de un día de compras y quedar hipnotizado con el dulce aroma de azúcar y canela. Gaby Mini Donas es una institución local, que por casi 30 años ha satisfecho el paladar—y los corazones—de los puertorriqueños con sus icónicas donas, hechas al momento frente a ti. Su trayectoria exitosa de casi tres décadas no se debe tan solo a su producto estrella, sino que, a la agudeza empresarial de su fundador, Francisco Gabriel “Gaby” Correa Arias y su esposa, Ingrid Rosario. “Existe un fanatismo, la gente tiene un cariño especial. Ahora mismo estamos reclutando personal que no había nacido cuando nosotros empezamos, y lo primero que nos dicen: ‘mis papás compraban sus donas’ o ‘se conocieron comprando donas en Gaby Mini Donas”, explicó Gaby, hablando sobre como el amor por su producto sobrepasa generaciones. “Son unas historias que al fin y al cabo van conectando con las personas”. Y todo comenzó con un catálogo de emprendedores.

Un triunfo instantáneo

En diciembre del 1994, Gaby estaba pasando las páginas del catálogo Entrepreneur, buscando ideas de negocios, y vio un anuncio en la parte final de la revista que decía: ‘Compre una máquina de donas. Venda esto en actividades y centros comerciales. Cuenta el dinero’. Gaby no lo pensó mucho. Simplemente ordenó la máquina, leyó las instrucciones y comenzó la producción en la mesa de su casa. “Yo creo que son las únicas instrucciones que he leído completas en mi vida. Pero ahí hicimos la prueba de la mezcla con un video VHS que venía como parte del equipo, y así comenzó todo”, compartió Gaby. Con el equipo listo y una receta sencilla de donas bañadas en azúcar en polvo o canela, Gaby e Ingrid hicieron su estreno en el Parque Ciudad Deportiva Roberto Clemente para una actividad navideña que duraba todo el mes de diciembre. Desde el primer día fue un éxito.

A la semana, Gaby dejó su trabajo en ventas y se dedicó a las donas a tiempo completo. “Durante la actividad, los mismos clientes fueron los que me dijeron que intentara abrir en una de las tiendas grandes por departamento. Y pues así mismo fui al Walmart de Isabela y me dieron la oportunidad para que hiciera una prueba por un mes, y han pasado de eso 28 años”, dijo el empresario. Todos los días, Gaby iba de Carolina a Isabela para correr su carrito de donas, un proceso que repitió por tres meses mientras montaba un equipo de trabajo desde cero.

A los ocho meses, abrió un segundo local en el Walmart de Plaza Escorial en Carolina. Dentro de un período de un año, entre 1996 y 1997, Gaby, Ingrid y su pequeño equipo abrieron un total de 11 tiendas. Sobrepasando obstáculos El crecimiento de la empresa se disparó, y con los años, Gaby Mini Donas llegó a contar con 38 locales en toda la isla. Además, lograron abrir una tienda en el estado de la Florida. Pero la economía fue cambiando, y cambios en la población de la Isla tuvieron impacto en su empresa. “Hubo que cerrar varias unidades porque simplemente no había población, no había razón de ser para estar abiertas. Ahora contamos con 19 tiendas y vendemos más que antes”, explicó el empresario, quien dice que tener más no significa que eres más exitoso. Y no faltaron los retos atmosféricos.

El Huracán Georges en el 1998 y luego María en el 2017 afectaron la operación, pero a su vez fortalecieron el espíritu emprendedor y sentido de comunidad. Gracias a su preparación, la utilización de lápiz, papel para llevar a cabo transacciones y mensajes escritos en la puerta con marcador, sus empleados pudieron comunicarse y operar. Ingrid explicó que para muchas personas, Gaby Mini Donas se convirtió en un espacio de normalidad dentro de todo el caos. “La gente quería llegar a la normalidad, y el comerse esa donita o beberse un café, era como que una necesidad para sentirse bien”, explicó Ingrid, quien funge como directora de Recursos Humanos en la empresa. Gracias a que Popular habilitó unos centros especiales en algunas sucursales y oficinas centrales para que los dueños de negocio pudieran llevar a cabo transacciones y nóminas, entre otros servicios, durante la crisis de María, a los empleados de Gaby Mini Donas nunca les faltó su cheque. Durante la pandemia de COVID-19, permanecieron 40 días cerrados, pero decidieron abrir tomando todas las medidas de protección necesarias conscientes que el antojito de las donas le daba a la gente una cierta sensación de normalidad.

Invirtiendo en sus empleados

En sus 28 años como líder de una empresa exitosa, Gaby nunca se ha referido como el jefe, sino como el capitán del barco, y compañero. Gaby cree con fervor que los empleados son su mejor activo. “Si no entiendes que tu mayor recurso es la persona que está trabajando contigo, entonces tendrás problemas”, resalta Gaby. De acuerdo con Ingrid, quien también preside el Comité Estatal de Patronos del Servicio de Empleo, Gaby Mini Donas es la primera oportunidad de empleo para muchas personas, y siempre buscan que la experiencia de sus empleados sea positiva. “Esta generación necesita la oportunidad de hacer las cosas y tomar decisiones”, dice con orgullo el empresario. Además de pagar por encima del mínimo, para Gaby, invertir en sus empleados es invertir en su comunidad. Gaby Mini Donas cuenta con más de 140 empleados, y toma iniciativas como horas flexibles, tarjetas de regalo durante la época de Back-to-School para padres y universitarios, y donativos ajustados a la necesidad del empleado y sus familiares. Progresando con Popular Desde su comienzo, Gaby ha confiado su empresa a Banco Popular. Para el empresario, la accesibilidad del banco y diversidad de sus recursos le ha ayudado a progresar su empresa. Desde depósito directo para sus empleados a la tecnología ATH y sistemas de cobro, Popular ha sido un constante en la empresa. Además, Gaby Mini Donas recibió el financiamiento para la sede de su empresa en Carolina. El empresario elogia la integración de la tecnología que le permite no tener que ir físicamente a una sucursal para completar sus transacciones. “El apoyo del banco siempre ha estado”, confirmó Gaby. Y es junto a Popular que Gaby Mini Donas continuará operando. A corto plazo, la empresa busca continuar creciendo internamente, porque “cuando mejor están las cosas es cuando más arreglos y ajustes debes hacer” dice Gaby.

“Hay que estar encima de las tendencias. Jamás pensé que iba a vender mantecados. Jamás pensé que iba a vender nachos, o que iba a vender donas con mantecados en el mismo vaso. Pero fueron cosas que surgieron en el camino”, rió Gaby. En fin, la motivación más grande de Gaby son las personas con quien trabaja y las historias de sus clientes: los que iban con sus abuelos y ahora llevan a sus hijos; las parejas que se conocieron entre donas; la amiga que compró 30 paquetes de donas para llevar a un funeral como último deseo de quien falleció. Esa pasión y lealtad es lo que hace a Gaby Mini Donas un ente de progreso.

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