¿Pensabas que la Inteligencia Artificial solo venía a quitar trabajos? Piénsalo de nuevo. Un nuevo informe confirma que la IA ya ha creado una nueva y profunda brecha laboral, pero no entre humanos y robots, sino ¡entre los propios humanos!
Los trabajadores que han adoptado herramientas como ChatGPT, Gemini o Midjourney no solo son más productivos, sino que se han convertido en los favoritos indiscutibles de las empresas, lo que se traduce en mejores puestos y, ojo, salarios más altos. Si no estás surfeando esta ola tecnológica, te estás quedando atrás.
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¿Por qué la IA crea trabajadores “superhumanos”?
La diferencia principal no es solo la velocidad, sino la calidad y la escala de lo que se puede producir. Los estudios de empresas grandes están demostrando que la IA funciona como un multiplicador de talento.

La IA absorbe las tareas repetitivas y tediosas (como resumir informes largos, redactar primeros borradores o analizar datos simples), liberando tiempo a los empleados. Esto les permite concentrarse en el pensamiento estratégico y la resolución de problemas complejos.
Además, los trabajadores que utilizan IA tienen un desempeño significativamente mejor en sus tareas. Esto no solo se aplica a los desarrolladores de software, sino a marketers, diseñadores, analistas e incluso en roles administrativos.
Ya no se trata de saber codificar o manejar un software complicado, sino de saber hacer la pregunta correcta. La habilidad más valiosa es la ingeniería de prompts.
El problema del “efecto cascada”
El informe de Infobae deja claro que la IA no va a reemplazar a los humanos, sino que los humanos que usan IA reemplazarán a los que no la usan. Esto tiene un efecto dominó peligroso.

Los empleados con habilidades en IA no solo reciben mejores ofertas, sino que su potencial de aumento salarial es mucho mayor que el de sus colegas que se resisten a adoptarla. Esto crea una divergencia económica que solo se ensanchará con el tiempo.
El miedo a la obsolescencia
Quienes se niegan a incorporar estas herramientas no solo son menos eficientes, sino que están perdiendo la oportunidad de aprender la nueva “lengua franca” de la oficina. En el futuro cercano, no usar IA será como no saber usar una hoja de cálculo hace 20 años.
Las compañías tienen el desafío de capacitar a toda su plantilla para que esta brecha no se convierta en una crisis. Si solo los “early adopters” (los que adoptan la tecnología primero) se benefician, la desigualdad dentro de la empresa aumentará.

El mensaje es claro: si quieres ser el rockstar de tu oficina, es hora de dejar de ver a la IA como una amenaza y empezar a verla como tu asistente personal ultra-poderoso.

