Cuando creíamos que el drama Musk vs. OpenAI no podía ir más lejos, Elon volvió a decir “¡objeción, su señoría!”. Esta vez, su startup xAI presentó una demanda federal en California, alegando que OpenAI ha estado contratando empleados clave para hacerse con sus secretos comerciales. Y no, no es un episodio de Succession: esto está pasando de verdad en el mundo de la inteligencia artificial.
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Acusaciones al estilo Musk: robo, conspiración y ex empleados
En la demanda, xAI afirma que OpenAI está siguiendo un “patrón profundamente preocupante”: contratar a ex empleados con conocimiento privilegiado sobre el chatbot Grok, el código fuente de la compañía y sus estrategias para desplegar centros de datos.
Según xAI, no se trata de simples contrataciones. Aseguran que OpenAI está “induciendo” a estos ex empleados a romper sus acuerdos de confidencialidad y llevarse información clave a través de medios poco éticos.
En el ojo del huracán están nombres como Jimmy Fraiture y un alto ejecutivo financiero no identificado, además del ingeniero Xuechen Li, quien ya enfrenta una demanda individual por parte de xAI.
OpenAI responde: “esto es puro acoso”
OpenAI, por su parte, no se quedó callada. En una declaración pública, la empresa desestimó las acusaciones de Musk como “el último capítulo del acoso continuo” del magnate, dejando claro que no reconocen ninguna irregularidad en sus procesos de contratación.
Elon, sin embargo, no se detiene ahí. También ha iniciado una batalla legal por la transformación de OpenAI en una empresa con fines de lucro y, para no perder el ritmo, xAI ha demandado a Apple por una supuesta conspiración con OpenAI para bloquear a plataformas rivales.
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¿Solo una disputa legal o una guerra por el futuro de la IA?
Esta nueva demanda refuerza lo que muchos ya consideran una guerra declarada entre Musk y la empresa que él mismo cofundó. Detrás del pleito legal hay una carrera feroz por el dominio del mercado de la inteligencia artificial y por atraer al mejor talento del sector.
La industria está en plena explosión, y los secretos tecnológicos valen oro. Con empresas como OpenAI, xAI, Google DeepMind y Anthropic compitiendo por cada avance, las batallas legales pueden volverse casi tan importantes como los lanzamientos de productos.
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No sabemos en qué terminará esta novela, pero algo está claro: en Silicon Valley, los aliados de ayer pueden convertirse en los litigantes de hoy. Musk no quiere que le “roben” el futuro de la IA, y OpenAI no quiere que lo acusen sin pruebas. Mientras tanto, el resto del mundo mira este duelo de titanes con palomitas… y curiosidad.