Con la promesa de una inmersión total y una conexión más “humana”, el metaverso está convenciendo a gigantes corporativos de que el futuro del trabajo híbrido no es una pantalla estática, sino un mundo virtual donde tu avatar puede interactuar, colaborar y hasta tomar un café digital. ¿Es el inicio del fin para plataformas como Zoom?
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Desde la pandemia, las videollamadas se convirtieron en la columna vertebral de la comunicación empresarial. Zoom, Google Meet y Microsoft Teams salvaron el trabajo remoto, pero también nos dejaron exhaustos con la “fatiga de pantalla”. Ahora, mientras la Inteligencia Artificial acapara los titulares, otra tecnología silenciosa está ganando terreno en los pasillos corporativos: el metaverso.

No hablamos de videojuegos o conciertos virtuales, sino de entornos de trabajo inmersivos diseñados para la colaboración, y las grandes empresas están apostando fuerte por ellos, planteando una seria amenaza al reinado del formato 2D.
Más que una videollamada: La inmersión como clave de la productividad
La diferencia entre una videollamada tradicional y una reunión en el metaverso es abismal. Mientras que en Zoom ves una cuadrícula de rostros (o nombres), en el metaverso, tú y tus colegas se representan como avatares en un espacio 3D compartido. Puedes caminar por una oficina virtual, sentarte en una sala de reuniones, acercarte a un colega para una conversación privada, o incluso presentar un proyecto usando hologramas y maquetas virtuales que todos pueden manipular. La sensación de presencia y la comunicación no verbal se multiplican exponencialmente.

Empresas de sectores como la ingeniería, el diseño, la educación y la consultoría están a la vanguardia de esta adopción. Gigantes automotrices están diseñando nuevos vehículos en metaversos colaborativos; universidades están creando campus virtuales para clases y laboratorios inmersivos; y firmas de consultoría están realizando talleres interactivos con clientes de todo el mundo, eliminando las barreras geográficas y mejorando la calidad de la interacción.
Como destaca la Dra. Elena Ríos, experta en colaboración virtual y productividad laboral: “Las videollamadas cumplen su función, pero el metaverso ofrece algo más cercano a la interacción física. La espacialidad, la capacidad de moverse y la sensación de compartir un mismo lugar, aunque sea virtual, reduce la fatiga y mejora la dinámica de equipo. Es el siguiente paso lógico en la evolución del trabajo remoto y híbrido.”
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Desafíos y el futuro de Zoom en la era del metaverso
Por supuesto, la transición no es un paseo por el parque digital. La adopción masiva del metaverso corporativo aún enfrenta desafíos. La curva de aprendizaje para algunos usuarios, la necesidad de dispositivos de realidad virtual (VR/AR) más accesibles y cómodos, y las preocupaciones sobre la seguridad de los datos en entornos inmersivos son barreras importantes. Sin embargo, con el avance de hardware más liviano y plataformas cada vez más intuitivas, estas barreras están disminuyendo rápidamente.

Entonces, ¿es el fin de Zoom? Probablemente no un final abrupto. Las plataformas de videollamadas seguirán siendo útiles para reuniones rápidas, llamadas uno a uno o cuando la inmersión no sea prioritaria. Pero el metaverso está posicionado para conquistar las reuniones largas, los talleres de brainstorming, las sesiones de formación y cualquier actividad que se beneficie de una colaboración más dinámica y tridimensional. Es probable que veamos una coexistencia y especialización: Zoom para lo funcional y rápido, y el metaverso para lo profundo y colaborativo. El futuro del trabajo es inmersivo, y tu avatar podría ser tu próximo compañero de oficina.