Para nadie es un misterio que, por más que la tecnología funcione, los adolescentes siempre parecen ir un paso adelante. Y ese es justamente el reto al que se enfrenta Australia con su nueva propuesta de ley: prohibir por completo que los menores de 16 años usen redes sociales.
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A partir de diciembre, plataformas como Instagram, Facebook, TikTok y Snapchat podrían recibir multas millonarias si no toman “medidas razonables” para bloquear a menores. El objetivo: proteger su salud mental y física de problemas como el acoso, la obsesión por la imagen o la exposición a contenido misógino.
¿Una medida pionera o una misión imposible?
La medida es ambiciosa y tiene la atención del mundo encima. Otros países como Reino Unido, Francia y Singapur ya están intentando limitar el uso de redes entre menores. En EE. UU., varios estados también exploran opciones similares, aunque chocan con debates sobre la libertad de expresión.
Incluso Elon Musk, siempre polémico, ya criticó la ley australiana, calificando al ente regulador como “el comisario de la censura”.
Los adolescentes pusieron a prueba el sistema
El gobierno australiano encargó una prueba para evaluar qué tan bien funciona el software de verificación de edad. Casi 60 productos fueron probados por chicos de distintas edades. ¿El resultado? La tecnología es buena, pero los adolescentes… también.
Los chicos completaron las pruebas tan rápido que los organizadores tuvieron que acelerar el ritmo y duplicar los productos testeados. Andrew Hammond, gerente de la empresa encargada, aseguró que el objetivo no era “hackear” el sistema, pero la prueba dejó claro que los jóvenes no se lo van a poner fácil a nadie.
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Los resultados completos llegarán al gobierno a finales de julio, pero ya hay señales claras: los métodos basados en selfies con distintas expresiones son los más precisos y rápidos.
Los que piden datos de tarjeta de crédito o movimientos específicos del cuerpo resultaron poco prácticos o imprecisos, especialmente para chicos que están justo en el límite de los 16 años.
¿Y cómo se sienten los adolescentes con todo esto?
Muchos de los chicos que participaron en las pruebas se están preparando mentalmente para lo que viene, señalando que pueden vivir “sin redes sociales”, aseguran que nadie intentó engañar al sistema… todavía. Aún así, seguramente habrá gente que se va a enojar mucho.
Hammond admite que, por ahora, no hay una definición clara de qué tan efectiva debe ser esta tecnología para que se considere “aceptable”. ¿Tiene que acertar un 70%? ¿Un 90%? Nadie lo sabe. Por ejemplo, un software calculó que una niña de 13 años tenía… 42. Claramente hay margen de error.
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En otra escuela, Radiant Life College, se probó una verificación basada simplemente en ingresar la fecha de nacimiento. Algunos alumnos fueron honestos, otros no. “Las matemáticas sorprendieron a más de uno”, bromea el director, Nathanael Edwards.
