Los chatbots ya están por todas partes. Nos ayudan a escribir correos, planificar viajes, responder preguntas y hasta a resolver dilemas existenciales a las tres de la mañana. Lo que comenzó como una herramienta curiosa se ha convertido en una parte cotidiana de nuestras vidas digitales.
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Pero claro, donde hay atención, hay negocio... y eso significa una cosa: anuncios.
Google está probando anuncios dentro de las conversaciones con IA
Según Bloomberg, Google ya ha empezado a experimentar con algo que parecía inevitable: insertar anuncios directamente dentro del flujo de conversación de los chatbots.
Para esto, ha contado con la ayuda de startups de inteligencia artificial como iAsk y Liner, y ha ampliado su red publicitaria AdSense para Búsqueda para cubrir estos nuevos escenarios.
En la práctica, ya se han empezado a ver anuncios insertados debajo de las respuestas generadas por estos chatbots. En algunos casos, como con la startup Perplexity, incluso se permite que marcas patrocinen preguntas de seguimiento. Sí, ese “¿quieres saber más?” podría venir con una etiqueta de publicidad.
¿Por qué ahora?
La lógica de Google es simple: la búsqueda basada en IA ha empezado a cambiar la forma en que los usuarios navegan la web.
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Si la gente deja de hacer preguntas en el buscador tradicional para preguntarle directamente a un chatbot, Google necesita una nueva forma de mostrar anuncios. Y no quiere perder su trono como rey de la publicidad digital.
Además, Google lleva tiempo considerando a herramientas como ChatGPT una amenaza para su modelo de negocio. Al meter anuncios en los chatbots, puede recuperar parte de esa atención… y, por supuesto, monetizarla.
¿Y ahora qué?
Por ahora, esta funcionalidad está en pruebas con socios específicos. No todos los chatbots mostrarán anuncios de inmediato, pero si esta tendencia se mantiene, es muy probable que los veamos cada vez más. La gran incógnita es cómo reaccionarán los usuarios.
Porque una cosa es ver anuncios en una página web, y otra es tenerlos incrustados en medio de una conversación que parece personal.
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¿Podrá Google equilibrar la monetización sin romper la magia del chat fluido? ¿O terminaremos todos diciéndole a la IA “no, gracias, no quiero otro cupón”? El tiempo —y las pruebas A/B— lo dirán.
