Perdimos Twitter y obtuvimos X. Probamos Bluesky y Mastodon (bueno, algunos de nosotros). Nos inquietamos por los bots de inteligencia artificial y la salud mental de los adolescentes. Nos acurrucamos en chats privados y nos desplazamos con el dedo sin cesar como hicimos en años anteriores. Para los usuarios de las redes sociales, 2023 fue un año de comienzos y finales, con un poco de examen de conciencia en medio.
Aquí damos un vistazo a algunas de las historias más grandes de las redes sociales en 2023, y qué esperar para el próximo año:
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Hace poco más de un año, Elon Musk entró en la sede de Twitter en San Francisco, despidió a su director general y a otros altos ejecutivos y comenzó a transformar la plataforma de redes sociales ahora conocida como X.
Musk reveló el logo de X en julio. Sustituyó rápidamente el nombre de Twitter y su caprichoso pájaro azul tanto en línea como en la sede de la empresa en San Francisco.
“Y pronto diremos adiós a la marca Twitter y, gradualmente, a todos los pájaros”, publicó Musk en el sitio.
Debido a su naturaleza pública y a que atrajo a figuras públicas, periodistas y otros usuarios de alto perfil, Twitter siempre tuvo una enorme influencia en la cultura popular, pero esa influencia parece disminuir.
“Tenía muchos problemas incluso antes de que Musk se hiciera cargo, pero era una marca querida con un papel claro en el panorama de las redes sociales”, dijo Jasmine Enberg, analista de redes sociales de Insider Intelligence, una empresa de investigación de mercado relacionada con la mercadotecnia, los medios y el comercio digital. “Todavía hay momentos de magia Twitter en la plataforma, como cuando los periodistas la usaron para publicar actualizaciones en tiempo real sobre el drama de OpenAI, y las comunidades más pequeñas en la plataforma siguen siendo importantes para muchos usuarios. Pero el Twitter de los últimos 17 años ya desapareció prácticamente y la razón de existir de X es turbia”.
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Desde la adquisición de Musk, X ha sido bombardeada con acusaciones de información errónea, desinformación y racismo, y ha sufrido importantes pérdidas publicitarias y caídas en su uso. No ayudó que Musk lanzara una perorata plagada de blasfemias en una entrevista en el escenario sobre las empresas que habían dejado de gastar en X. Musk afirmó que los anunciantes que se retiraron participaban en un “chantaje” y, con un insulto, esencialmente les dijo que se fueran.
Al continuar con la tendencia de recibir de nuevo a usuarios que habían sido expulsados por el antiguo Twitter por incitar al odio o difundir información errónea o falsa, Musk restauró en diciembre la cuenta en X de Alex Jones, fanático de las teorías de conspiración, y apuntó a una encuesta no científica que publicó entre sus seguidores y que resultó en favor del presentador de Infowars, quien repetidamente calificó el tiroteo en la Escuela Primaria Sandy Hook de 2012 como un engaño.
Mientras tanto, organizaciones LGBTQ y otras que apoyan a grupos marginados no han dejado de advertir que X se está volviendo menos seguro. En abril, por ejemplo, eliminó silenciosamente una política contra la “mala identificación intencionada de género o el uso de nombres antiguos de personas transgénero”, que se refiere a utilizar pronombres de género incorrectos y el nombre que una persona transgénero ha dejado de usar. En junio, el grupo de defensa GLAAD la llamó “la plataforma más peligrosa para las personas LGBTQ”.
GLSEN, un grupo educativo LGBTQ, anunció en diciembre que dejaría X, uniéndose a otros grupos como Trevor Project —una organización sin fines de lucro para la prevención del suicidio_, y agregó que los cambios de Musk “han dado origen a una nueva plataforma que permite a sus usuarios acosar y tomar como objetivo a la comunidad LGBTQ+ sin restricción o disciplina”.
Las ambiciones de Musk para X incluyen transformar a la plataforma en una “aplicación para todo”, como la app WeChat de China, por ejemplo. ¿El problema? No está claro si al público estadounidense y occidental le interesa la idea. Y el propio Musk ha sido bastante vago respecto a los detalles.
Mientras X lidia con una crisis de identidad, algunos usuarios comenzaron a buscar un reemplazo. Mastodon era un contendiente, junto con Bluesky, que en realidad surgió de Twitter, un proyecto personal de Jack Dorsey, el ex director general, quien todavía forma parte de su junta directiva.
Cuando decenas de miles de personas —muchas de ellas usuarios hartos de Twitter— comenzaron a registrarse (todavía) exclusivamente por invitación en Bluesky, en primavera, la aplicación tenía menos de 10 personas que trabajaban en ella, dijo recientemente Jay Graber, la directora general.
Esto significó “correr para mantener todo funcionando, mantener a la gente en línea, apresurarnos para agregar funciones que teníamos en la hoja de ruta”, explicó. Durante semanas, el trabajo fue simplemente “escalar”, garantizar que los sistemas pudieran manejar la afluencia.
“Tuvimos a una persona en la aplicación por un tiempo, lo cual fue muy divertido, y había memes sobre Paul contra todos los ingenieros de Twitter”, recordó. “No creo que hayamos contratado a un segundo desarrollador de aplicaciones hasta después del loco crecimiento súbito”.
Al ver la oportunidad de atraer a usuarios descontentos de Twitter, Meta, la matriz de Facebook, lanzó en julio Threads, su rival propio. Su popularidad se disparó cuando decenas de millones se registraron, aunque mantener a la gente ha sido un desafío. Luego, en diciembre, Mark Zuckerberg, CEO de Meta, anunció en una medida sorpresa que la compañía realizaba pruebas para la interoperabilidad, la idea defendida por Mastodon, Bluesky y otras redes sociales descentralizadas de que las personas deberían poder usar sus cuentas en diferentes plataformas, algo así como su dirección de correo electrónico o su número de teléfono.
“Comenzando una prueba en la que las publicaciones de las cuentas de Threads estarán disponibles en Mastodon y otros servicios que utilizan el protocolo ActivityPub”, publicó Zuckerberg en Threads en diciembre. “Hacer que Threads sea interoperable brindará a las personas más opciones sobre cómo interactuar y ayudará a que el contenido llegue a más personas. Me siento muy optimista acerca de esto”.
El impacto de las redes sociales en la salud mental de los niños se precipitó hacia un ajuste de cuentas este año, y el director de Salud Pública de Estados Unidos advirtió en mayo que no había evidencia suficiente para demostrar que las redes sociales son seguras para los niños y los adolescentes e hizo un llamado a las empresas de tecnología, los padres y los cuidadores a tomar “medidas inmediatas para proteger a los niños ahora”.
“Estamos pidiendo a los padres que administren una tecnología que está evolucionando a gran velocidad y que cambia fundamentalmente la forma en que sus hijos piensan sobre sí mismos, cómo construyen amistades, cómo experimentan el mundo, y una tecnología, por cierto, que las generaciones anteriores nunca tuvieron que gestionar”, dijo el doctor Vivek Murthy a The Associated Press. “Y estamos poniendo todo ese peso sobre los hombros de los padres, lo cual simplemente no es justo”.
En octubre, docenas de estados de Estados Unidos demandaron a Meta por dañar a los menores y contribuir a la crisis de salud mental de los jóvenes al diseñar de manera consciente y deliberada funciones en Instagram y Facebook que hacen que los niños se vuelvan adictos a sus plataformas.
En noviembre, Arturo Béjar, exdirector de ingeniería de Meta, testificó ante un subcomité del Senado sobre las redes sociales y la crisis de salud mental de los adolescentes, con la esperanza de arrojar luz sobre cómo los ejecutivos de Meta, incluido Zuckerberg, conocían los daños que Instagram provoca, pero eligieron no hacer cambios significativos para abordarlos.
El testimonio se produjo en medio de un impulso bipartidista en el Congreso para adoptar regulaciones destinadas a proteger a los niños en línea. En diciembre, la Comisión Federal de Comercio propuso cambios sustanciales a una ley de décadas de antigüedad que regula cómo las empresas en línea pueden rastrear y dirigir publicidad a los niños, incluidas la desactivación predeterminada de anuncios dirigidos a niños menores de 13 años y la limitación de notificaciones automáticas.
Tus amigos de inteligencia artificial (IA) han llegado, pero los chatbots son sólo el comienzo. Parado en un patio de la sede de su empresa en Menlo Park, California, Zuckerberg dijo este otoño que Meta está “centrada en construir el futuro de la conexión humana” y pintó un futuro cercano en el que las personas interactúen con versiones holográficas de sus amigos o compañeros de trabajo y con bots de IA creados para ayudarlos. La empresa presentó un ejército de bots de IA —celebridades como Snoop Dogg y Paris Hilton prestaron sus rostros para utilizarlos— con los que los usuarios de las redes sociales pueden interactuar.
El próximo año, la IA se “integrará virtualmente en todos los rincones de las plataformas”, dijo Enberg.
“Las aplicaciones sociales utilizarán la IA para impulsar el uso, el desempeño de los anuncios y los ingresos, las suscripciones y la actividad comercial. La IA profundizará la dependencia y la relación tanto de los usuarios como de los anunciantes con las redes sociales, pero su implementación no será del todo fácil a medida que se intensifique el escrutinio de los consumidores y el regulatorio”, agregó.
La analista también considera que las suscripciones son una fuente de ingresos cada vez más atractiva para algunas plataformas. Inspiradas en X de Musk, las suscripciones “comenzaron como una forma de diversificar o incrementar los ingresos a medida que el negocio de la publicidad en redes sociales sufrió un revés, pero han persistido y se han expandido a pesar de que el mercado de la publicidad social se ha estabilizado”.
Con elecciones importantes a la vuelta de la esquina en Estados Unidos e India, entre otros países, el papel de la IA y las redes sociales en la información errónea y la desinformación seguirá en el centro de atención de los observadores de las redes sociales.
“No estamos preparados para esto”, dijo A.J. Nash, vicepresidente de inteligencia de la firma de ciberseguridad ZeroFox, a la AP en mayo. “Para mí, el gran paso adelante son las capacidades de audio y video que han surgido. Cuando puedes hacer eso a gran escala y distribuirlo en plataformas de redes sociales, bueno, eso va a tener un impacto enorme”.