La comunicadora española Cristina Porta ha demostrado que la disciplina, el carisma y la pasión pueden transformar cualquier reto en una oportunidad.
Su nombre ya resuena en la televisión hispana tras su paso por La Casa de los Famosos y, más recientemente, por su triunfo en la cuarta temporada de Top Chef VIP de Telemundo, donde se alzó como ganadora oficial de la competencia.
Desde los primeros episodios, Cristina cautivó al público con su espíritu competitivo y su afán por aprender, pero detrás de esa determinación hay una mujer que encontró en la cocina un lienzo artístico.
“A mí siempre me ha gustado cocinar, pero la realidad es que lo hacía muy sencillo, muy sano, para mí. Vivo sola, pero lo que más me ha gustado siempre ha sido pintar cuadros. Empecé a ver cada platillo como un cuadro en blanco, y al menos quería que estuviese bonito”, contó entre risas a Sabrosia.PR
Su curiosidad la llevó a estudiar, practicar y perfeccionar técnicas. “Tenía miedo al principio cuando me lo propusieron, porque todo el mundo tiene ese temor al fracaso, a ser de las primeras eliminadas. Me esforcé al máximo, fui a un montón de clases en Madrid y también en Colombia con chefs privados. Mi madre me enseñó a hacer lo básico, como la tortilla de patata o la paella. Aunque no lo había cocinado nunca, era lo que había comido toda mi vida”, recordó.
Esa conexión con sus raíces fue clave en su desempeño en Top Chef VIP.
“Tita, la chef del programa, siempre me decía que todos mis platos tenían mi esencia, que aunque el reto fuera mexicano o de otra cultura, ellos sabían que era mío. Creo que era por los ingredientes españoles, los que siempre he tenido en mi casa, de mi madre y mis abuelas”, explicó la también publicista de profesión.
Con espontaneidad, confesó que su toque especial siempre será el aceite de oliva. “Yo a todo le echo aceite de oliva, aunque no le vaya, yo se lo meto. Pero al principio en el programa me iba fatal. Quería hacerlo todo sano y no ganaba nada. Luego empecé a usar mantequilla, y la verdad, la consistencia y el sabor cambiaron completamente. Ahora me he hecho amiga de la mantequilla”, confesó.
La ganadora del reality tiene claro que en la cocina, como en la vida, el amor es el ingrediente que nunca puede faltar.
“Una amiga me dijo antes de una prueba de eliminación: cocina para tus sobrinos, que son los más importantes en tu vida. Y eso me ayudó a recordar que la comida más rica es la que se hace con amor. Puede sonar cursi, pero todo sabe diferente cuando cocinas desde el corazón”.
Cuando se acercaba la gran final, Porta decidió arriesgarse al máximo y pedir la asesoría de uno de sus grandes referentes: el chef español David Muñoz.
“Mi menú final fue sello de David Muñoz. Es un chef al que admiro muchísimo, con una cocina de locura, creatividad y fusión. Me ayudó su esposa, Cristina Pedroche, y pude crear algo parecido a lo que él hace: una mezcla de sabores españoles, mexicanos y tailandeses. Fue una locura, pero si no me hubiese arriesgado, probablemente no hubiera ganado”, relató sobre su experiencia.
La apuesta funcionó. El menú deslumbró al jurado y le valió la victoria en una gala que rompió récords de audiencia en Telemundo y consolidó su nombre como una de las figuras más queridas del canal.
En su paso por Puerto Rico, Cristina se ha dejado conquistar por los sabores locales. “Me encanta la cocina puertorriqueña. Cada vez que salgo de aquí salgo con más kilos (libras), y no en la maleta. Me fascinan el mofongo, las alcapurrias y las frituras. Todo está tan sazonado que aunque sea carnecita sola, ya sabe diferente”, admitió.
“Ayer estuve cocinando con Maripily un mofongo, y lo intenté emplatar como para los chefs, bien bonito”.
Entre sus planes a corto plazo está publicar su primer libro de recetas y continuar compartiendo su pasión por la cocina en redes sociales.
“Quiero sacar mi libro de recetas y cocinar más en redes. Y si algún día abro un restaurante, me gustaría hacerlo paso a paso, sin prisas. Si las cosas salen bien, me animo con todo”, adelantó.
A lo largo de su trayectoria, tanto en La Casa de los Famosos como en Top Chef VIP, Cristina ha sido catalogada por algunos como “conflictiva”, una etiqueta con la que no se identifica.
“Se le llama conflictiva a la gente que dice lo que piensa y no tiene miedo a encararse. Yo no busco el conflicto, busco la verdad. No me gusta decir algo detrás y luego poner buena cara. En televisión o gustas mucho o no gustas nada, pero no puedes dejar que eso te afecte”, afirmó con convicción.
Cristina Porta ha sabido aprovechar cada oportunidad para mostrarse auténtica y transparente, tanto en los realities como fuera de ellos. Su disciplina, su entrega y su manera de hablar sin filtros la han convertido en una figura que inspira y conecta.
“En la cocina, como en la vida, hay que ponerle amor, arriesgarse y creer que sí se puede. Porque al final, todo esfuerzo tiene su recompensa”, concluyó sonriente.

