Al momento de decorar, hay muchos factores que revisar. Uno de los más importantes es la iluminación. La luz natural y la luz artificial tienen, respectivamente, su importancia. Ésta depende del uso que se le dé, pues el alumbrado es clave para el decorado. Es necesario saber manipularla a nuestro gusto porque ésta puede afectar nuestras emociones.
La iluminación natural está en constante cambio, ya que dependiendo de la hora del día, la misma se posiciona de ángulos diferentes y ocasiona efectos variados. Debemos tener en cuenta que la paleta de colores que escogemos para nuestro hogar va a cambiar sus tonalidades dependiendo la dirección en la que recibe luz. Por esta razón, se aconseja que se escojan tonos que se complementen con los rayos de sol que entren a la residencia.
La luz artificial ha sido un factor muy revolucionario en nuestras vidas y en el mundo del arte y la arquitectura gracias a Thomas Edison. Este inventó la primera lámpara incandescente; abriéndole una gran puerta al mundo de la decoración. Cabe aclarar que según han pasado las décadas el invento de Edison ha evolucionado, dejando una gran variedad de iluminación artificial en el mercado.
El alumbrado artificial puede tener difusiones variadas de la luz con distintos usos para cada uno. A continuación una lista de ellos:
Alumbrado general: alumbra todo un área, creando visibilidad total
Alumbrado funcional: más específico, ya que favorece a actividades individuales como escribir, leer o dibujar
Alumbrado localizado: resalta áreas u objetos específicos, tales como obras de arte
Alumbrado de seguridad: ilumina la vivienda para mantener una buena visión en caso de alguna emergencia
Pongamos en práctica los distintos métodos de iluminación para testificar cómo el ambiente del hogar va perfeccionando nuestro gusto. Estos pequeños trucos harán una gran diferencia en cada ocasión.