Después de haber comido pavo, ahora vamos por el lechón, ese famoso lechoncito a la vara que forma parte de nuestra tradición. Hay muchas formas de preparar esta deliciosa carne, pero la más popular es el lechón asado o asa’o, como se dice en buen puertorriqueño. Hoy quiero explicarte cómo se usa el apóstrofo en esta y otras palabras en las que nos “comemos” alguna letra.
El apóstrofo es un signo ortográfico (’) que señala la supresión de sonidos en la pronunciación de las palabras. El español de Puerto Rico, y del Caribe, se caracteriza por omitir muchos sonidos, como la s al final de palabra, la d intervocálica y hasta sílabas completas, como la sílaba -ra de para. Sin embargo, solo en algunos casos es necesario el apóstrofo.
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Según la Real Academia Española (RAE), debemos usar el apóstrofo para señalar la pérdida de la consonante inicial de la segunda palabra. Por ejemplo, “Nos fuimos pa’l (para el) río a refrescarnos”; “Yo siempre he estado al lao’e (lado de) mi mamá”. En estos casos, este signo se escribe junto, sin espacios, a las palabras que une.
Ahora bien, según la RAE, el apóstrofo no debe utilizarse para marcar la supresión de sonidos al final o al principio de una palabra que se produce con independencia de la siguiente. Por ejemplo, “Vamos pa (para) casa de abuela”; “Ta (está) buena la fiesta”; “Vengo de casa de ña (doña) María”. Tampoco debe utilizarse para señalar elisiones dentro de la palabra: “Hoy quiero comer lechón asao (asado)”. Es decir, sería incorrecto escribir pa’, ’ta, ’ña y asa’o.
Por lo tanto, la próxima vez que quieras escribir una carta o un menú en jerga boricua toma en cuenta estas recomendaciones. Recuerda que el apóstrofo solo se usa para marcar la omisión de la consonante inicial de la segunda palabra, como pa’l por para el o lao’e por lado de. En los casos de pa (para), ta (está), ña (doña) y asao (asado), ninguno lleva este signo. Así que a disfrutar esta Navidad de un rico lechón asao, asopao de gandules y coquito pa llevar.