El joven observó desde su departamento cómo “Mel”, la traviesa perrita de su vecino, atravesó la barandilla del balcón en el noveno piso, manteniéndose sobre una pequeña cornisa.
De inmediato Joao corrió para intentar atraparla y le pidió al portero una manta para hacer más fácil el rescate, pero ya no había tiempo, así que “Mel” cayó desde una altura de 30 metros, pero por fortuna el hombre se encontraba abajo y pudo amortiguar el golpe del animal en el suelo.
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Desvanecido por el golpe, el héroe de esta historia permaneció unos segundos tendido sobre el suelo, mientras Mel, muy nerviosa, corrió hacia el otro lado del estacionamiento, dando muestras de estar ilesa.
“Creo que estuve en el lugar correcto en el momento correcto. Hice lo que pude, lo máximo que pude para ayudar. Fue un esfuerzo conjunto con el cuidador que actuó rápidamente para ayudar al perro. Fue un final feliz”, declaró el héroe de esta historia a medios locales.
Con información de Minetras Tanto en México.