Un grupo de senadores Populares se negó a prohibir las terapias de conversión – tortura – contra las personas LGBTT. Dichos senadores descartaron la evidencia y testimonios contundentes de seres humanos que han sido torturados a causa de su orientación sexual o identidad de género. Estos prefirieron acceder al chantaje de quienes, cada cuatrienio, se dedican a amenazar políticamente a aquellos legisladores de distrito que cometen la osadía de abogar por los derechos de personas discriminadas. Como autor de la primera ley de derechos civiles LGBTT en la historia de Puerto Rico, conozco de primera mano esos chantajes y ataques políticos y personales.
Prácticamente toda la legislación fundamental a favor de las mujeres y de las personas LGBTT fue aprobada por el Partido Popular Democrático (PPD). La Ley 54 y el Proyecto 238 son apenas dos ejemplos de la trayectoria legislativa – valiente y liberal – del PPD en esos temas. Ahí radicaba su diferencia con el Partido Nuevo Progresista (PNP), que lo único que tiene de “progresista” es su nombre.
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La derrota del proyecto para prohibir las terapias de conversión culminó el proceso de acercar al PPD a los retrógrados del Proyecto Dignidad (PD). Los senadores Populares votaron igual que el PD, enemigos declarados de los derechos humanos de las mujeres y las personas LGBTT. El pacto de algunos líderes PPD con la derecha fundamentalista – acordado por el pasado candidato a gobernador, y algunos candidatos a legislaturas y alcaldías – está consumado.
El mensaje desastroso que enviaron los senadores PPD con su voto a favor de posturas de derecha, significa que algunos no aprendieron nada de los resultados electorales. Los mensajes de derecha enviados por el PPD en la pasada elección lanzaron a miles de votantes liberales a apoyar otras opciones. Para muestra, estudien el colapso electoral del PPD en San Juan.
Como miembro que soy del Consejo General del PPD, exijo que los organismos oficiales del PPD sean convocados – de emergencia – para que los Populares decidamos el futuro de esta institución. Se que no soy el único Popular harto de la inclinación suicida de algunos para que el PPD abandone su esencia como partido liberal y puertorriqueñista. De no ocurrir esa discusión profunda, miles de Populares continuarán tomando decisiones individuales de cara al 2024.
