Hubo un breve y fugaz momento después de que los republicanos perdieran ante Obama en 2012 cuando el partido pareció dispuesto a examinar sus fallas.
Reconociendo los cambios demográficos del país, el entonces presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, elaboró una hoja de ruta para la supervivencia del partido: “Necesitamos hacer campaña entre los estadounidenses hispanos, negros, asiáticos y gays y demostrar que también nos preocupamos por ellos. Debemos reclutar más candidatos que provengan de comunidades minoritarias ”.
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Lo que Priebus y sus colegas no pudieron predecir fue el surgimiento de un demagogo como Trump, que trabajó incansablemente para crear y explotar una reacción violenta contra el primer presidente negro y el supuesto atropellamiento de la clase trabajadora blanca.
Mientras observaba la convención republicana el pasado lunes, veía el festín político de un partido que en lugar de abrazar el futuro, se ha hundido en el tiempo. La América de Trump todavía está en la década de 1950- la izquierda es una amenaza, los negros y latinos no pertenecen a los suburbios blancos y no debe cuestionarse nada que hagan los americanos.
Y es que realmente ya no hay un Partido Republicano. Solo existe Trump. ¿Qué mejor metáfora para eso que el anuncio la semana pasada de que el Partido Republicano no produciría una plataforma?
Lo que defienden los republicanos es cualquier cosa que a Trump se le ocurra en un momento dado. (Hidroxicloroquina, nacionalismo blanco, indultos para delincuentes condenados). Están en contra de todo lo que él está en contra. (Demócratas, Obamacare, inmigrantes, correos, ciencia).
De hecho, estoy convencido de que el equipo Trump está frustrado por la victoria de Joe Biden y su selección de Kamala Harris como su compañera de papeleta. Ninguno de los dos es activista progresista lo cual complica la contienda y la estrategia de cómo competir contra los demócratas moderados.
Los ataques a Biden y Harris el lunes lo demostraron. Fueron robados del mismo libro que los republicanos usaron sin éxito contra Obama en sus dos exitosas campañas presidenciales: son socialistas, revolucionarios marxistas que te quitarán las armas y redistribuirán tu riqueza. Fracasaron en el 2008, fallaron en el 2012 y volverán a fracasar en el 2020.