Salir “invicta” de cualquier agresión sexual o acoso en una industria como la de Hollywood es casi un milagro. Casi ninguna artista de renombre ha podido decir que no ha sufrido algún tipo de cosificación o agresión sexual. Y Natalie Portman, infortunadamente, también fue víctima.
Esto lo dejó claro en la “Women’s March” de este 20 de enero, donde acudió junto con la senadora demócrata Kamala Harris. Ella, abanderada de la plataforma contra el acoso sexual y discriminación, Time’s Up, compartió frente a una multitud sus experiencias traumáticas. De hecho, al terminar de rodar “El perfecto asesino” con Jean Reno, y con tan solo 13 años, comenzó a sufrir acoso de una manera espantosa.
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Ella afirmó que cuando abrió la primera carta de un fan, este le escribió que tenía una fantasía sobre violarla. También que había una cuenta atrás en una radio local para cuando ella cumpliera 18 años, porque ya era la fecha en la que se podrían acostar con ella, porque era legal. “Los críticos hablaban de mis “pechos incipientes” en sus reseñas. Entendí, muy rápido, aunque tuviese 13 años, que sí quería expresarme por mí misma estaría poco segura y los hombres se verían con el derecho a discutir y cosificar mi cuerpo, pese a no estar cómoda con ello”, narró.
Por esta razón, Natalie llegó a modificar cómo se presentaba al mundo. Rechazaba papeles que incluian besos y reforzó su lado serio e intelectual. Ella tuvo que construir su reputación basada en una moral mojigata, conservadora “nerd y seria”, para sentir que su cuerpo estaba a salvo y que el gremio “la escucharía”.
“Con 13 años el mensaje de nuestra cultura fue claro: sentí la necesidad de tapar mi cuerpo, inhibir mis emociones y mi trabajo para enviar el mensaje al mundo de que era alguien que merecía respeto y seguridad. La respuesta a esa forma de ser, desde pequeños comentarios sobre mi cuerpo a frases mucho más amenazadoras, sirvieron para controlar mi comportamiento en un clima de terrorismo sexual”, afirmó.