Rusia advirtió el miércoles que tomaría “medidas de represalia” rápidas si Estados Unidos y sus aliados rechazan sus exigencias de seguridad y continúan sus políticas “agresivas”. Las declaraciones subieron la presión sobre Occidente entre preocupaciones de que Moscú esté planeando invadir Ucrania.
Rusia ha negado varias veces que tenga esos planes, pero Estados Unidos y sus aliado de la OTAN están preocupados por los aproximadamente 100.000 soldados desplazados junto a la frontera de Ucrania y las maniobras militares en la región.
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El conflicto gira en torno al futuro de Ucrania. Rusia ha exigido garantías de que la OTAN nunca aceptará como miembros al país ni a otras naciones exsoviéticas, y de que la alianza retirará despliegues de tropas en otros países del antiguo bloque soviético. Algunas de esas peticiones, como la promesa de veto a Ucrania, han sido rechazadas de plano por la OTAN, lo que plantea un estancamiento aparentemente irresoluble que muchos temen sólo pueda terminar en una guerra.
En una comparecencia ante parlamentarios, el ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, dijo que él y otros funcionarios de alto rango asesorarían al presidente, Vladimir Putin, sobre los próximos pasos cuando reciban las respuestas por escrito de Estados Unidos a sus demandas. Esas respuestas se esperaban para esta semana, aunque Estados Unidos y sus aliados ya han dejado claro que rechazarán las principales demandas rusas.
“Si Occidente continúa con su rumbo agresivo, Moscú tendrá que tomar las medidas de represalia necesarias”, dijo.
Aunque Rusia está esperando a la respuesta estadounidense, Lavrov señaló que no aguardará para siempre. “No permitiremos que se ahoguen nuestras propuestas en conversaciones infinitas”, dijo.
Cuando los parlamentarios le preguntaron si Rusia podría expandir la cooperación con Cuba, Venezuela y Nicaragua, Lavrov respondió que Moscú tiene estrechos lazos con esos países. El número dos de Lavrov rechazó este mes descartar el despliegue de activos militares rusos en Cuba y Venezuela -mucho más cerca de Estados Unidos que Ucrania- si no se cumplen las exigencias de seguridad de Moscú.
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La OTAN dijo este mes que reforzaría sus medidas disuasorias en el Mar Báltico y Estados Unidos puso a 8.500 tropas en alerta para su posible despliegue a Europa. Los países occidentales también han enviado cargamentos de armas para ayudar a Ucrania a reforzar sus defensas.
En medio de las crecientes tensiones, las autoridades ucranianas han intentado llamar a la calma.
El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, dijo el miércoles que si bien la concentración de tropas rusas cerca de Ucrania supone una amenaza, “su número es ahora insuficiente para una ofensiva a gran escala”.
“Todavía faltan algunos sistemas y elementos militares claves para una gran ofensiva a plena escala”, dijo Kuleba a la prensa.
Como han hecho otros, señaló que provocar alarma podría ser un fin en sí mismo. Rusia, señaló, aspira a desestabilizar Ucrania “sembrando el pánico, subiendo la presión sobre el sistema financiero ucraniano y lanzando ciberataques”.
“El presidente Putin estaría feliz de ver que ese plan tiene éxito para que ni siquiera tenga que acudir a la fuerza militar para poner a Ucrania en una posición vulnerable”, dijo.
Sus comentarios se sumaban a otras declaraciones de autoridades ucranianas para tranquilizar a sus ciudadanos. En un discurso televisado el martes por la noche, el segundo en otros tantos días, el presidente, Volodymyr Zelenskyy, dijo que Ucrania es “lo bastante fuerte como para mantenerlo todo bajo control y frustrar cualquier intento de desestabilización”.
Varias rondas de diplomacia de alto nivel no han logrado producir avances en el conflicto, aunque el miércoles se emprendía otro intento.
Asesores presidenciales de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania tenían previsto reunirse en París para abordar formas de reactivar el paralizado proceso de paz en el este de Ucrania.
En 2014, y tras la destitución de un presidente afín al Kremlin en Kiev, Moscú se anexionó la península ucraniana de Crimea y apoyó a una insurgencia separatista en el corazón industrial en el este de Ucrania. Más de 14.000 personas han muerto en los combates entre fuerzas ucranianas y rebeldes con apoyo ruso, y los esfuerzos para buscar un acuerdo se han estancado.
El portavoz del Kremlin Dmitry Peskov dijo que Moscú esperaba una “buena, franca” conversación en la reunión de París.
Además de movimientos militares, Estados Unidos y sus aliados han amenazado con sanciones inauditas si Moscú envía sus tropas a Ucrania, pero han dado pocos detalles y afirmado que es mejor que Putin no las conozca de antemano.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el martes a la prensa que Putin “sigue acumulando fuerzas junto a la frontera de Ucrania” y un ataque “sería la mayor invasión desde la II Guerra Mundial. Cambiaría el mundo”. Advirtió que de producirse una invasión, habría graves consecuencias económicas para Putin, incluidas sanciones personales.
Cuando se le pidieron comentarios sobre las declaraciones de Biden, Peskov señaló que el presidente de Rusia y otros dignatarios no tienen activos en Occidente, pero reiteró que sanciones de esa clase serían “políticamente destructivas” para los lazos bilaterales.
Gran Bretaña también prometió sanciones, y la secretaria de Exteriores, Liz Truss, instó a las naciones europeas a hacer más por apoyar a Ucrania.
Gran Bretaña ha enviado armas antitanque a Ucrania, aunque ha descartado enviar tropas de combate.
“Legislaremos para endurecer nuestro régimen de sanciones y nos aseguraremos de que podemos llegar plenamente tanto a individuos como a empresas y bancos en Rusia en caso de una incursión”, dijo a la BBC. “Lo que es importante es que todos nuestros aliados hagan lo mismo”.
En medio de las tensiones, Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Alemania y Canadá han tomado medidas para retirar a parte de su personal diplomático y asociado en Kiev.