Bagdad – Más de 100 milicianos del grupo Estado Islámico perpetraron un intrincado ataque contra la mayor prisión de Siria en la que se encontraban presuntos extremistas, informaron las autoridades el viernes, mientras que integrantes del mismo grupo irrumpieron en un cuartel del ejército en Irak, matando a 11 soldados mientras dormían.
Se cree que la fuga de la prisión en Siria es la mayor desde que los milicianos perdieron la última porción de territorio que tenían hace casi tres años. En los últimos meses, las células durmientes del Estado Islámico se han vuelto más activas en ambos países, reivindicando ataques que mataron a decenas de iraquíes y sirios.
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En Irak, hombres armados de ISIS atacaron un cuartel del ejército en una zona montañosa al norte de Bagdad la madrugada del viernes y mataron a 11 soldados mientras dormían, dijeron funcionarios militares y de seguridad iraquíes.
Según las autoridades, el ataque ocurrió en el distrito de Al-Azim, una zona abierta al norte de la ciudad de Baqouba, en la provincia de Diyala. Las circunstancias del asalto no estuvieron claras de momento, pero dos funcionarios que hablaron con The Associated Press aseguraron que los rebeldes irrumpieron en el cuartel a las 3:00 de la madrugada y mataron a tiros a los soldados antes de huir.
Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a ofrecer declaraciones oficiales. Un comunicado militar iraquí dijo que entre los muertos había un oficial con rango de teniente y 10 soldados.
El ataque osado, a más de 120 kilómetros (75 millas) al norte de la capital, Bagdad, fue uno de los más letales contra el ejército iraquí en los últimos meses. Las fugas espectaculares de prisión son un sello distintivo de los ataques de los extremistas. Los milicianos de ISIS lanzaron múltiples fugas de prisiones durante su aumento en 2014 antes de invadir territorio en Irak y Siria.
El Estado Islámico fue derrotado en gran medida en Irak en 2017, aunque sigue activo gracias a células durmientes en muchas zonas. Los milicianos del grupo extremista suní siguen perpetrando operaciones, normalmente contra las fuerzas de seguridad, centrales eléctricas y otras infraestructuras.
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En octubre, extremistas de ISIS armados con ametralladoras entraron a una aldea de mayoría chií en la provincia de Diyala, mataron a 11 civiles e hirieron a varios más. En aquel momento, los funcionarios explicaron que el ataque se produjo luego de que los insurgentes secuestraron a aldeanos y no se pagaron los rescates que pedían.
Las autoridades informaron que se enviarán refuerzos a la aldea atacada el viernes y se desplegarán efectivos de las fuerzas de seguridad en las inmediaciones. Por el momento no había más detalles disponibles y el ejército iraquí no realizó comentarios.