El número de casos nuevos de coronavirus subió un 20 por ciento la semana pasada, a más de 18 millones en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, lo que suponía que la ola de contagios causada por la variante ómicron del virus empezaba a remitir.
En su reporte semanal de la pandemia, la agencia de salud de Naciones Unidas señaló que el número de nuevos contagios de COVID-19 había subido en todo el mundo salvo en África, donde los casos cayeron en casi un tercio. El número de muertes en todo el mundo se mantuvo similar a la semana anterior, unas 45.000.
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Los casos confirmados de COVID-19 subieron casi un 50% hace dos semanas, y la OMS registró en otra ocasión este mes el mayor incremento semanal en casos documentado durante la pandemia.
En su informe del martes por la noche, la agencia señaló que Asia había sufrido el mayor aumento de casos de coronavirus la semana pasada, con un 145% más de infectados. La cifra subió un 68% en Oriente Medio.
Los incrementos más pequeños se registraron en América y Europa, con un 17% y un 10% respectivamente. Los científicos dijeron la semana pasada que había indicios de que los picos impulsados por ómicron en Estados Unidos y Gran Bretaña podrían haber tocado techo y los casos allí podrían empezar a caer con rapidez.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo el martes que la contagiosa variante ómicron “sigue barriendo el mundo”. El responsable advirtió que es “engañoso” considerar la enfermedad que provoca como leve, aunque según los estudios es menos propensa que otras variantes del virus a producir una enfermedad grave o a requerir hospitalización.
“Nos preocupa el impacto que está teniendo ómicron en trabajadores de salud ya agotados y sistemas de salud sobrecargados”, dijo Tedros.
Algunas regiones parecen haber pasado lo peor de la última ola de ómicron, admitió, aunque “no todos los países están fuera de peligro todavía”.