Quebec llevó a cabo el domingo el primero de tres cierres programados de tiendas de artículos no esenciales en momentos en que el gobierno de la provincia intenta frenar una nueva oleada de casos de COVID-19 impulsada por la altamente contagiosa variante ómicron.
Hospitales y recursos médicos en Quebec y comunidades remotas del norte de Canadá también están a su máxima capacidad a menudo que se dispara el número de infecciones.
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El primer ministro de Quebec, Francois Legault, anunció la semana pasada que la mayor parte de las tiendas de la provincia cerrarían los próximos tres domingos, con excepción de farmacias, tiendas de conveniencia y gasolineras.
Charles Milliard, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Quebec, instó al gobierno a levantar las restricciones lo más pronto posible.
“Lo último que necesitan los negocios en estos momentos tan complicados son restricciones adicionales”, dijo Milliard en un comunicado. “Debemos dejarles a los negocios la opción de abrir o cerrar cuando a ellos, a sus empleados y a sus clientes les parezca más sensato”.
Los cierres se producen mientras Quebec reportó 15,845 nuevas infecciones de COVID-19, así como 13 decesos adicionales vinculados a la enfermedad.
El Departamento de Salud dijo que se registraron 70 hospitalizaciones más ligadas a la enfermedad, para un total de 1,231. Añadió que 162 pacientes se encuentran en cuidados intensivos.
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La principal cadena de hospitales de la ciudad de Quebec señaló que pospondrá la mitad de sus cirugías y citas médicas a partir del miércoles debido al repunte de pacientes de COVID-19.
Martin Beaumont, presidente y director general de CHU de Québec-Université Laval, dijo en conferencia de prensa que podrían aplazarse hasta 10,000 citas médicas, lo que permitiría que se canalice a unos 50 enfermeros al pabellón de COVID-19.