Harry Reid, ex líder de la mayoría en el Senado y el legislador por Nevada de mayor tiempo en activo en el Congreso, falleció el martes a los 82 años.
Reid murió “pacíficamente” rodeado por sus amigos tras una “batalla de cuatro años contra el cáncer pancreático”, informó su esposa, Landra Reif, en un comunicado.
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El combativo exboxeador que se convirtió en abogado era aclamado ampliamente por ser uno de los mejores negociadores del Congreso, un demócrata conservador en una cámara cada vez más dividida y que encaraba a legisladores de ambos partidos con su franqueza y su lema: “Prefiero bailar que pelear, pero sé pelear”.
Durante una carrera de 34 años en Washington, Reid mostró habilidad en las negociaciones tras bambalinas, y mantuvo al Senado bajo control de su partido durante el mandato de dos presidentes — el republicano George W. Bush y el demócrata Barack Obama —, una profunda recesión y el ascenso del Partido Republicano en la Cámara de Representantes tras los comicios de 2010.
Se jubiló en 2016 después de que perdió la vista en un ojo a causa de un accidente.
En mayo de 2018, Reid reveló que se le había diagnosticado cáncer pancreático y estaba recibiendo tratamiento.