La presencia de fuertes vientos obligará a que el nuevo telescopio espacial de la NASA permanezca en tierra al menos un día más, ya que su lanzamiento fue reprogramado para el sábado, día de Navidad.
La NASA anunció el martes su más reciente aplazamiento. Los fuertes vientos a gran altura podrían desviar al cohete de su trayectoria o incluso dañarlo o destruirlo.
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El Telescopio Espacial James Webb será lanzado desde la Guyana Francesa, en la costa nororiental de Sudamérica, a bordo de un cohete europeo Ariane. Los encargados del lanzamiento se reunirán nuevamente el miércoles para evaluar las condiciones climáticas.
El observatorio infrarrojo, con valor de 10.000 millones de dólares, es considerado el sucesor del Telescopio Espacial Hubble, que está en órbita desde 1990.
En una conferencia de prensa el martes, funcionarios de la NASA dijeron que el cohete y el telescopio se encuentran en buen estado y que el único problema persistente, aunque tolerable, era la intermitente retransmisión de comunicación entre ambos. El problema obligó anteriormente a aplazar el lanzamiento por dos días. Además, una abrazadera que inadvertidamente se soltó del telescopio en la plataforma de lanzamiento forzó a una demora de cuatro días en su despegue.
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Los problemas de último minuto se producen luego de años de demoras y costos excesivos en la misión del Webb, el observatorio científico de uso espacial de mayor tamaño y capacidad que se haya construido.
La NASA se asoció con las agencias espaciales de Europa y Canadá para este proyecto.