Un estudio publicado ayer sobre la efectividad de las vacunas contra el COVID-19 ante la llegada de ómicron concluyó que las personas que no han recibido el refuerzo mediante una tercera vacuna tienen muy poca protección contra la nueva variante.
El estudio “Efectividad de la serie primaria y refuerzos de vacunas contra COVID-19 para combatir la nueva variante ómicron: ¿Cómo nos preparamos para las Navidades” fue presentado hoy por su investigador principal Wilfredo F. García Beltrán junto con la comunidad científica puertorriqueña. García Beltrán es parte del Massachusetts General Hospital de la Universidad de Harvard.
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La investigación realizada en Boston con personas vacunadas hace meses confirma que la nueva variante es cuatro veces más infecciosa que las variantes previas. Esto lleva a los científicos boricuas a concluir que ómicron será la variante dominante muy pronto. La preocupación de los expertos se eleva ante la cercanía de las fiestas navideñas en las que hay eventos familiares que agrupan a muchas personas.
De acuerdo a los datos del estudio, las personas vacunadas con las tres dosis alcanzan niveles de protección de hasta 100 % contra el virus original (en el caso de Jensen es un poco más baja) y contra Delta en el caso de Moderna hasta 100 %, Pfizer 100 % y Jensen puede llegar a 100 % con un refuerzo de Moderna. Ya para ómicron, las personas con las tres dosis alcanzaron los siguientes niveles de protección: Moderna y Pfizer 97 % y Jensen reforzada con Moderna 88 %. García Beltrán destacó que las vacunas de refuerzo inducen inmunidad contra ómicron, pero que la serie primaria no es suficiente. De hecho, las personas que solo cuentan con la serie primaria arrojaron los siguientes niveles de protección contra ómicron: 32 % los de Moderna, 0 % los de Pfizer y 30 % los de Jensen reforzados con Moderna.
“Si las personas reciben refuerzo ya los niveles de protección llegan a casi el 100 %. Necesitamos hacer una campaña grande para que millones de personas reciban el refuerzo”, dijo el investigador.
Al mismo tiempo, los científicos discutieron los hallazgos de un estudio realizado en Puerto Rico por el doctor Rafael Irizarry —de la Universidad de Harvard— que evidencian cómo se ha bajado la protección de las personas que se vacunaron hace un año, diez meses u ocho meses. Irizarry estudió los casos, las hospitalizaciones y muertes en Puerto Rico por COVID-19 en personas inoculadas con diferentes vacunas. Encontró que personas vacunadas con Pfizer bajan hasta un 50 % de efectividad 6 o 7 meses, pero con el refuerzo su protección sube a los niveles anteriores. Lo mismo sucede con Jensen cuando se refuerza con Pfizer o Moderna.
“Yo creo que hay que exigir los booster, si no la gente no lo va a hacer. Esa es mi opinión”, enfatizó Irrizary en su intercambio con la prensa al presentar sus hallazgos científicos.
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Mientras que el presidente de la Coalición Científica, Daniel Colón Ramos apuntó a que hay un problema de percepción en el uso de la palabra refuerzo, pues aunque es el término correcto en ciencia, la gente lo percibe como algo accesorio u opcional. Colón dijo que hay receptividad en el gobierno a las recomendaciones de la Coalición, pero que “ellos tienen otras consideraciones que tomar”.
Los científicos en la conferencia fueron enfáticos en que es vital el refuerzo, pero reconocieron que por un lado la desinformación gana terreno y por el otro el gobierno fue lento en trabajar un mensaje sobre la importancia de esa tercera dosis. “Es un poco un fallo en la comunicación del gobierno, sabemos que el booster era necesario hace ya 2 o 3 meses. Ahora una solución puede ser requerir el booster como parte de la definición de un vacunado”, opinó Irizarry.
Mientras que el doctor Luis Nieves Garrastegui sostuvo que “la desinformación es un factor gravísimo que nos ha afectado en este momento”. El médico destacó que la vacuna nos ha llevado a poder reabrir muchos sectores de la economía, a retomar actividades sociales y a tener niveles controlados de la pandemia, lo que es una muestra de que las vacunas funcionan y que han funcionado con otras variantes. Nieves Garrastegui apuntó a que la vacuna del COVID-19 no es la primera que muestra una protección menguada con el paso del tiempo. “Las vacunas pierden su efectividad como otras vacunas como la hepatitis. Esto no es nada diferente, esto es un virus que muta”, sostuvo. Los científicos reconocieron que todo apunta a que habrá que vacunarse periódicamente, pero que aún está por definirse la periodicidad de los refuerzos.