En el mayor desafío al derecho al aborto en décadas, la mayoría conservadora del Tribunal Supremo de Estados Unidos dejó entrever el miércoles que permitirá a los estados prohibir el aborto en etapas mucho más tempranas del embarazo y que incluso podría anular el derecho nacional que ha existido desde hace casi 50 años.
Mientras centenares de manifestantes afuera del edificio coreaban lemas a favor y en contra, los jueces dieron los argumentos que podrían decidir la suerte de la histórica decisión de la Corte de 1973 en el caso Roe vs. Wade que despenalizó el aborto en todo Estados Unidos y el fallo de 1992 en el caso Planned Parenthood vs. Casey, que ratificó la Roe vs. Wade.
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Posiblemente el resultado se conozca hasta junio del año próximo, pero después de casi dos horas de argumentaciones, los seis jueces conservadores, entre ellos tres nombrados por el otrora presidente Donald Trump, indicaron que defenderían una ley de Mississippi que prohíbe el aborto después de las 15 semanas de embarazo.
Por lo menos esa decisión socavaría los casos de Roe y Casey, que permiten a los estados regular pero no prohibir el aborto hasta la viabilidad fetal, aproximadamente a las 24 semanas.
También hubo apoyo importante de los jueces conservadores a revocar los fallos de Roe y Casey. La jueza Clarence Thomas es la única integrante de la Corte que ha solicitado abiertamente la anulación de ambos casos.
El juez Brett Kavanaugh, nombrado por Trump, preguntó si la Corte haría bien en sustraerse totalmente del tema del aborto y permitir que los estados decidan.
“¿Por qué debería esta corte ser el árbitro en lugar del Congreso, las legislaturas estatales, las cortes supremas estatales, que son las personas capaces de resolver esto?, preguntó Kavanaugh. “Habrá respuestas distintas en Mississippi y Nueva York, respuestas distintas en Alabama que en California”.
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El aborto se volvería pronto ilegal o sujeto a restricciones severas en la mitad de los estados si se revocaran los fallos de Roe y Casey, según el Instituto Guttmacher, un centro de investigaciones que apoya el derecho al aborto.
Las legislaturas de varios estados gobernados por republicanos se aprestan a actuar de acuerdo con el fallo de la Corte. El miércoles, la Corte Federal de Apelaciones del Sexto Circuito anuló fallos previos que habían bloqueado una ley en Tennessee que incluía prohibir la interrupción del embarazo cuando se detectara el ritmo cardíaco del feto —aproximadamente a las seis semanas— y ordenó una nueva audiencia en el pleno de la Corte.
Las personas no blancas y de menos recursos resultarían perjudicadas desproporcionadamente, dijeron simpatizantes del derecho al aborto.
Los tres jueces centroizquierdistas de la Corte expresaron que revertir los fallos en los casos de Roe y Casey perjudicaría en forma importante la propia legitimidad del máximo tribunal.
“¿Sobrevivirá esta institución al hedor que esto crea en la percepción pública de que la Constitución y su interpretación son meros actos políticos?”, preguntó la jueza Sonia Sotomayor.
En términos inusualmente enérgicos para un argumento de la Corte Suprema, el juez Stephen Breyer advirtió a sus colegas que “más vale que estén completamente seguros” antes de desechar las decisiones establecidas sobre el aborto.
Según diversas encuestas públicas, persiste el apoyo de los estadounidenses al fallo en el caso de Roe, aunque otras muestran respaldo a que haya más restricciones al aborto.
Entre los conservadores, el juez presidente John Roberts parecía el más interesado en un fallo menos radical que respete la ley de Mississippi, pero sin revocar explícitamente los fallos de Roe y Casey.
“Eso quizá sea lo que están solicitando, pero el punto en cuestión ante nosotros hoy son las 15 semanas”, declaró Roberts en alusión a la exigencia de Mississippi de que se anulen los casos más generales y que se respete su propia ley.
Más de 90% de los abortos se efectúan en las primeras 13 semanas de embarazo, mucho antes de la viabilidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), que tienen carácter federal.
Alrededor de 100 mujeres al año interrumpen sus embarazos después de las 15 semanas en la única clínica para abortos en Mississippi, la Jackson Women’s Health Organization. La clínica no efectúa abortos después de las 16 semanas de embarazo.
Incluso respetar la prohibición de las 15 semanas implicaría rechazar la línea de la viabilidad establecida hace décadas. Los partidarios del derecho al aborto aseguran que esa situación anularía efectivamente el fallo sobre Roe y no dejaría ninguna línea de principio para cuando se puedan prohibir los abortos.
El juez Neil Gorsuch, también nombrado por Trump, dejó entrever que la falta de una alternativa rigurosa podría ser una razón para anular totalmente los fallos de Roe y Casey.
“Usted enfatizó que, si se aprobaran las 15 semanas, entonces tendríamos casos a las 12 y 10 y 8 y 6 y por ello mi pregunta es, hay alguna línea que el gobierno crea que pudiera ser la referencia o no”, preguntó Gorsuch a la fiscal general Elizabeth Prelogar, la abogada del gobierno del presidente Biden que apoya a la clínica en Mississippi.