Veinte pequeños pueblos en la provincia autónoma de Tirol del Sur, en el norte de Italia, iniciaron el miércoles una cuarentena parcial para intentar contener las infecciones de coronavirus que van en aumento y rescatar la temporada turística de invierno en una de las partes menos vacunadas del país.
Las restricciones en los pueblos al norte de Bolzano incluyen el cierre de bares y restaurantes después de las 6 de la tarde, un toque de queda de las 8 de la noche a las 5 de la mañana y el requisito de usar una mascarilla FFP2 en transporte público, según el mandato.
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La provincia autónoma germanoparlante en las montañas Dolomitas es fronteriza con Austria, que recién entró en cuarentena, y desde hace mucho tiempo goza de cierto sentimiento de libertad. La provincia Tirol del Sur está entre las menos vacunadas en Italia, con entre 5 y 10 puntos porcentuales detrás del promedio nacional en los grupos de edad más jóvenes.
El gobernador de la provincia, Arno Kompatscher, dijo que imponía las restricciones como prevención al menos hasta el 7 de diciembre para evitar un confinamiento completo y rescatar la vital industria de esquí que ya perdió dos temporadas debido al COVID-19.
Los 20 pueblos cumplían con el nuevo criterio de la provincia para imponer restricciones: más de 800 casos por 100.000 residentes en una semana, más de cinco casos nuevos al día y una tasa de vacunación por debajo del 70% en la población mayor a 12 años.
Más del 84% de la población de más de 12 años en Italia, en donde inició el brote de Europa en febrero de 2020, está totalmente vacunada. Al igual que en otros países de Europa occidental, han aumentado las infecciones en Italia pero a un nivel más moderado con unos 10.000 casos nuevos y menos de 100 muertes al día.