La Iglesia católica de Francia acordó el lunes compensar económicamente a las víctimas de abuso sexual en lo que el presidente de la Conferencia Episcopal del país anunció como un “paso decisivo”.
El presidente de la conferencia, Eric de Moulins-Beaufort, declaró en un discurso que la Iglesia reconocería su “responsabilidad institucional” y decidió seguir “un rumbo de reconocimiento y reparación que allana el camino para que las víctimas reciban una posibilidad de mediación y compensación”.
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La Conferencia de Obispos tuvo su reunión anual un mes después de que se publicara un reporte de abuso sexual infantil a gran escala en la Iglesia católica francesa.
El estudio publicado por una comisión independiente estima que unos 330.000 menores fueron sexualmente abusados a lo largo de 70 años por sacerdotes y otras figuras relacionadas con la iglesia.
“Sentimos repulsión y horror en nuestro interior cuando caímos en la cuenta de la cantidad de sufrimiento que muchas personas tuvieron que experimentar y todavía experimentan”, dijo Moulins-Beaufort.
Los obispos reconocieron que la responsabilidad de la iglesia implica compensación económica porque la comisión “enfáticamente sugirió ese camino”, pero también porque “los feligreses llenos de remordimiento lo esperan de nosotros”, comentó.
Moulins-Beaufort no proporcionó detalles sobre el monto de la compensación ni cómo pretende pagar la iglesia.
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El reporte publicado el mes pasado describe el encubrimiento “sistemático” de abusos por parte de la Iglesia católica y exhortó a la iglesia a respetar la ley en Francia.
Agregó que la cantidad de 330.000 víctimas incluye un estimado de 216.000 personas abusadas por sacerdotes y otros clérigos, y el resto por figuras eclesiásticas como líderes de Scout y orientadores de campamentos. Esos cálculos se basan en la investigación más extensa del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia sobre abuso sexual en menores en el país.
Francia es un país tradicionalmente católico, pero se adhiere a una forma estricta de laicidad en la vida pública basada en una ley del 1905 de separación de Iglesia y Estado.