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Centros de datos generan temor de escasez de agua en EEUU

Un problema emergente del siglo 21

Los conflictos sobre agua son tan viejos como la historia, pero los enormes centros de datos de Google al borde de este pueblo de Oregon junto al Rio Columbia representan un problema emergente del siglo 21.

Ahora una parte crítica de la computación moderna, los centros de datos ayudan a la gente a ver películas en Netflix, realizar transacciones en PayPal, actualizar páginas en Facebook, guardar billones de fotos y más, pero una sola instalación puede consumir millones de litros de agua por día para impedir que se recaliente el equipo.

Google quiere construir al menos dos centros más en The Dalles, preocupando a residentes que temen que tarde o temprano no habrá agua para todos, incluso para granjas en el área y cultivos frutales, que son los mayores usuarios.

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En Estados Unidos ha habido un rechazo creciente a estos centros a medida que las compañías tecnológicas los construyen y expanden, conflictos que crecerán con el agua convirtiéndose en un recurso más precioso en medio de la amenaza del cambio climático y al crecer las demandas de la computación en la nube. Algunos gigantes tecnológicos han estado usando estudios innovadores y desarrollo para encontrar métodos de enfriamiento de menos impacto. Hay quienes dicen que las compañías pueden hacer más para ser sostenibles.

Las preocupaciones son comprensibles en The Dalles, en el condado Wasco, que sufre de una sequía extrema y excepcional, de acuerdo con el Monitor de Sequías de Estados Unidos. El verano pasado, la región sufrió sus temperaturas más altas en la historia, alcanzando 48 Celsius (118 Fahrenheit) en The Dalles.

The Dalles está junto al río Columbia, pero los nuevos centros de datos no podrían utilizar esa agua y en lugar de ello tendrían que emplear agua de ríos y corrientes subterráneas que han pasado por la planta de tratamiento de aguas de la municipalidad.

Sin embargo, la nieve en la cercana Cascade Range que alimenta los acuíferos varía grandemente de año a año y los glaciares se están derritiendo. La mayoría de los acuíferos en el centro- norte de Oregon están declinando, de acuerdo con el Programa de Recursos de Aguas Subterráneas del Instituto Geológico de Estados Unidos.

Aumentando la intranquilidad, los 15.000 habitantes del pueblo no saben cuánta agua usarán los propuestos centros de datos, porque Google dice que es un secreto industrial. Incluso los concejales que van a debatir la propuesta el 8 de noviembre tuvieron que esperar hasta esta semana para conocerlo.

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Dave Anderson, director de obras públicas para The Dalles, dijo que Google obtuvo derecho a 14,76 millones de litros (3,9 millones de galones) diarios cuando adquirió la tierra en la que previamente estaba una planta de aluminio.

Google ha pedido menos agua para los nuevos centros que esa cantidad y busca transferir los derechos a la municipalidad, dijo Anderson. “La municipalidad se beneficia”, aseguró.

Por su parte, Google dijo que está “comprometido a la salud a largo plazo de la economía y los recursos naturales del país”.

“Estamos entusiasmados de continuar las conversaciones con autoridades locales sobre un acuerdo que nos permita seguir creciendo al tiempo que apoyamos la economía”, dijo Google. Añadió que la propuesta de expansión incluye un programa potencial de acuífero para almacenar agua y aumentar los suministros en períodos secos.

El 30% de los centros de datos del mundo están en Estados Unidos, más que ningún otro país. Algunos centros de datos están tratando de volverse más eficientes en su consumo de agua, reciclando la misma agua varias veces antes de descargarla. Google incluso usa aguas albañales tratadas, en lugar de usar agua potable como lo hacen muchos centros, para enfriar su instalación en el condado de Douglas, en Georgia.

El primer centro de datos de Facebook aprovechó el frio aire del desierto en Prineville, Oregon, para enfriar sus servidores y construyó un centro de datos en Lulea, Suecia, cerca del Ártico.

Microsoft incluso colocó un pequeño centro de datos en el fondo marino frente a Escocia. Tras retirar el contenedor del centro el año pasado luego de dos años, empleados de la compañía vieron una mejora en la confiabilidad general porque los servidores no estaban sujetos a las fluctuaciones de temperaturas y la corrosión por oxígeno y humedad. El jefe del equipo, Ben Cutler, dijo que el experimento muestra que los centros de datos pueden ser mantenidos fríos sin necesidad de usar el agua potable.

Un estudio publicado en mayo por expertos en Virginia Tech y el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley mostraron que una quinta parte de los centros de datos dependen de agua de acuíferos bajo presión moderada y alta.

Las compañías tecnológicas usualmente consideran las exenciones fiscales y la disponibilidad de electricidad y tierras baratas cuando construyen centros de datos, dijo el coautor del estudio Landon Marston, profesor de ingeniería civil y ambiental en Virginia Tech.

Ellas necesitan considerar más seriamente los impactos y colocar las instalaciones en regiones donde pueden ser sostenidas mejor, tanto por el bien del ambiente como por sus propias finanzas, dijo Marston.

“Es además un asunto de riesgo y resistencia que tienen que enfrentar los centros de datos y sus operadores, porque la sequía que estamos registrando en el oeste va a empeorar”, dijo Marston.

Una hora en coche al este de The Dalles, Amazon está devolviendo parte del agua que usan sus enormes centros de datos. Los campus de Amazon, que se extienden entre Boardman y Umatilla, Oregon, colindan con tierras de cultivos, una fábrica de quesos y barrios residenciales. Como muchos centros de datos, usan agua principalmente en el verano. Los servidores son enfriados con aire el resto del año.

Dos terceras partes del agua que usa Amazon se evapora. El resto es tratado y enviado a canales de riego para cosechas y pastos.

El administrador municipal de Umatilla, Dave Stockdale, aprecia que las granjas estén recibiendo esa agua, toda vez que el mayor problema del pueblo al crecer las instalaciones de Amazon era que la planta de tratamiento de aguas no podía procesar la descarga de los centros de datos.

John DeVoe, director ejecutivo de WaterWatch of Oregon, que trabaja por reformas de las leyes de agua para proteger y restaurar ríos, dijo que es una táctica apaciguadora corporativa.

”¿Mitiga en realidad cualquier daño del uso de agua por los servidores a otros intereses que pudieran estar usando la misma fuente de agua, como el ambiente, peces y la fauna?”, preguntó DeVoe.

Adam Selipsky, director ejecutivo de Amazon Web Services, insiste en que Amazon siente responsabilidad por sus impactos.

“Hemos sido intencionalmente muy conscientes sobre el uso de agua en todos esos proyectos”, dijo, añadiendo que los centros llevaron actividad económica y empleos a la región.

Dawn Rasmussen, que vive en las afueras de The Dalles, teme que su pueblo esté cometiendo un error al negociar con Google, comparando la situación con la de David contra Goliat.

Ella ha visto el nivel de agua de su pozo bajar año tras año y teme que tarde o temprano no habrá suficiente agua para todos.

“Al final, si no hay agua, ¿quién gana?”, afirmó.

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