El programa de horario escolar extendido que estrenó esta semana en los planteles públicos del país es un reconocimiento del rezago académico prevalente entre el estudiantado, y que a todas luces se acentuó en los últimos años como consecuencia de los largos periodos en que se ha visto limitada la educación presencial.
“Hay una combinación de todo. Hay un tema sistémico que está ahí. Obviamente hablo en la generalidad, hay unas escuelas con un desempeño (bueno) y otras con un desempeño (deficiente). Yo creo que ha habido un deterioro en términos de sistema antes de todos los eventos que hemos sufrido, pero ha hecho más patente ese deterioro el paso de los huracanes, los terremotos y ahora la pandemia”, sostuvo el secretario interino de Educación, Eliezer Ramos Parés.
En las pruebas diagnósticas que se administraron a inicios de este año escolar se reflejaron muchas de las deficiencias que se observaron en los resultados de las pruebas META que tomaron los estudiantes durante el año académico 2018-2019. Mientras en ese año –la última ocasión que se administraron las pruebas META– las Matemáticas fueron la materia con el nivel más bajo de proficiencia en términos generales, con un 30.1%, lo mismo ocurrió en las Pruebas Diagnósticas Línea Base (PDLB) en agosto pasado, con niveles de proficiencia que fluctuaron entre el 49.9% para estudiantes de tercer grado y el 21.3% de alumnos de grado 12.
La materia de Ciencias –cuyo examen solo toman los estudiantes de cuarto, octavo y undécimo grado– fue la que obtuvo los mejores resultados en las pruebas META de 2018-2019, con un 47.1%, seguida de Español, con un 45.1% y el Inglés, con 38.9%.
En las PDLB de la materia de Español, la proficiencia osciló entre un 64.8% (segundo grado) y 36% (quinto grado), mientras que en Inglés se observa un pico en 50.5% en tercer grado y desciende hasta el 29.3% entre estudiantes de sexto grado.
El subsecretario de Asuntos Académicos del Departamento de Educación, Guillermo López Díaz, sin embargo, evitó utilizar un tono alarmista al analizar los resultados de las PDLB. El funcionario aseguró que la agencia no establece expectativas específicas, sino que los exámenes únicamente tienen el objetivo de servir como un punto de partida.
“Uno determinar en una prueba diagnóstica que tiene cierta expectativa sería un error pedagógico de evaluación. Uno lo que hace con el proceso es identificar cómo llegaron (los estudiantes), no es tener una expectativa para yo decir ‘es que están mal’ o ‘están bien’, la idea es exactamente eso, diagnosticar cómo llega el estudiante luego de este proceso de la pandemia”, subrayó López Díaz.
Junto a las PDLB, el Departamento de Educación estrenó este año escolar lo que denominaron el “Perfil del Estudiante”, una plataforma que permite a maestros, directores y funcionarios a nivel regional y central de la agencia examinar el expediente académico, intereses e historial socioemocional de los alumnos.
Según explicó la secretaria auxiliar de Planificación y Desarrollo Educativo, Lydiana López, a través de la plataforma, por ejemplo, un maestro puede obtener un resumen de las características del grupo con el que le tocará trabajar en una clase o evaluar individualmente el perfil de un estudiante, y de esa manera adaptar sus estrategias pedagógicas. El Perfil del Estudiante, asimismo, contiene una serie de indicadores que permiten alertar qué alumnos pudieran estar en mayor riesgo de convertirse en desertores escolares, con el propósito de asegurar que reciban el seguimiento adecuado.
El Perfil del Estudiante, junto al programa de horario extendido –del que se espera que participen cerca de 55,000 de los 259,535 estudiantes matriculados en el sistema público– y el método denominado ‘response-to-intervention’ (respuesta a intervención), constituyen la base de la estrategia oficial para atender tanto el rezago académico como otras situaciones que puedan afectar el desarrollo de los estudiantes.
“Es un sistema multiniveles que conlleva la intervención a medida que vamos viendo una gravedad en los datos. En el ámbito escolar, quien primero interviene es el maestro, pero si es necesario un componente de toda la escuela (se convierte en) un segundo nivel, y el tercer nivel que obviamente requiere mucho más ‘expertise’, un nivel mucho más especializado a casos complejos, es la región educativa”, dijo Ramos Parés.
Si bien es cierto que las matemáticas parecen ser el área de menor rendimiento entre el estudiantado, López puntualizó que los resultados no deben verse de manera aislada, ya que las deficiencias en ciertas áreas tienden a reflejarse en otras.
“Hemos visto algunas destrezas, algunas competencias que han sido factor año tras año, que inciden en otros procesos. Por ejemplo, una persona que no pueda leer bien, una persona que no pueda hablar, comunicar las ideas, o que no pueda interpretar un texto, es una persona que va a tener problemas en todas las demás materias. Español es la lengua primaria de nuestros estudiantes, y si hemos identificado que existe un gran problema en comprensión lectora, en poder leer un texto, en poder interpretar para poder brindar solución a un problema, imagina cómo sería utilizar un vocabulario como el de matemáticas, que es más complejo y requiere dominar tu lengua para dominar ese otro lenguaje”, ejemplificó López Díaz.
Una ventaja de las pruebas diagnósticas al inicio del año escolar es, precisamente, que brinda a los maestros la oportunidad de identificar de antemano las destrezas que deben reforzar en sus estudiantes. En ese sentido, los funcionarios indicaron que la posibilidad de implementar con carácter permanente las PDLB está sobre la mesa.
“Es recopilar datos que nos permitan tomar acción durante el año académico. Es algo bien distinto. Parece algo sencillo pero es un cambio en el sistema. Siempre hemos tomado datos al final del año cuando (es menos lo) que podemos hacer ya por ese estudiante. […] El plan para la recuperación académica se enfoca en eso, ir identificando cómo estamos realmente y qué acciones podemos tomar para intervenir durante el año”, indicó el subsecretario de Asuntos Académicos.
Por otra parte, Ramos Parés adelantó que el Departamento de Educación, como parte de una revisión curricular que debe completarse para noviembre de 2022, analizará posibles ajustes que requieran las pruebas META para mejorar en su función de indicador del aprovechamiento académico.
“Debemos asegurarnos que estemos midiendo correctamente lo que estamos enseñando. Asegurarnos que ese currículo sea lo que esperamos, conforme a las etapas de cada uno de nuestros estudiantes, pero igualmente que esas mediciones sean reflejo exacto de lo que se está dando y no estemos midiendo algo que realmente no estuvo durante el año escolar”,
“La prueba entendemos que no es el problema. […] Los instrumentos están bien hechos porque están alineados ya a unos estándares y expectativas que estaban redactados, pero cuando miramos el documento de estándares y expectativas, si tenemos que arreglarlo y modificar esa destreza que estaba en tercer grado y moverlo a quinto, tengo que buscar la prueba y ese ejercicio que estaba en tercer grado moverlo a quinto”, dijo, por su parte, López Díaz.
3 preguntas a… Sybaris Morales
Secretaria general interina Local Sindical Asociación de Maestros
¿En qué áreas los maestros han identificado mayor rezago estudiantil?
—Las materias básicas se han visto afectadas, esto es real. Cuando hablamos de materias básicas siempre se han identificado los idiomas, Inglés y Español; Matemáticas; y Ciencias como cursos de prioridad. Se han detectado unas problemáticas de nivel, pero la agencia ya comenzó ese proceso de reclutamiento voluntario de compañeros maestros que quieran trabajar en las tardes.
¿Se alinea con lo que se esperaba tras varios años caóticos para el sistema educativo?
—La educación presencial era la prioridad. Tuvimos que entrar en educación virtual por todas las razones de la pandemia. El estudiante, al entrar al aula, entra con un deseo distinto por estar tanto tiempo desprendido del plantel, de su comunidad escolar, de maestros y compañeros, viene con una visión y deseo diferente.
¿Existen las condiciones para atender efectivamente el rezago?
— Independientemente de lo sucedido, Puerto Rico necesita confianza, tener fe y confiar que el recurso humano es lo más importante. Las destrezas los niños son capaces de absorberla con una rapidez que te deja boquiabierto.