Con el paso de los días, para Carlos Manuel Páez invertir en un sistema de energía renovable resultaba más urgente. El paso del huracán María en 2017 dejó al descubierto la fragilidad del sistema eléctrico y, con la entrada del consorcio energético LUMA Energy en julio de 2021, el costo de la energía podría continuar en ascenso.
Fue el 29 de junio cuando, junto a su familia, decidió dar el salto e instalar un sistema de placas solares en su hogar. Pero a tres meses de la instalación del sistema de energía renovable, Páez contó que sigue recibiendo facturas estimadas y el trámite de medición neta aún no ha culminado.
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Narró que, pese a que inició el trámite de medición neta el 1 de julio, no fue hasta el 21 de septiembre que el consorcio energético LUMA fue a instalar un contador “bimodal”. Sin embargo, contó que le indicaron que el sistema aún no se había completado. El método de medición neta supondría una reducción en la factura de energía de personas que, al igual que Páez, decidieron moverse a sistemas de energía renovable para resistir la inconsistencia de la red eléctrica del país.
De igual forma, las facturas también siguen siendo un dolor de cabeza para Páez. Desde mayo hasta el presente, Páez relató que continúa recibiendo facturas estimadas que ascienden a $270 hasta llegar a $308 entre agosto y septiembre. “Uno está esperando ese alivio y de momento siguen llegando esas facturas. Uno se pone en estrés porque esa gente se van a tardar en arreglar eso. No quiero que vengan y quiten el contador… Eso pone a uno en estrés”, lamentó Páez, de 37 años y residente de Guaynabo.
A pesar de estos contratiempos, Páez está complacido con el salto a la energía renovable y espera que, una vez se desenrede la maraña en el consorcio energético, pueda apreciar los ajustes en su factura de electricidad.