Acapulco, México – Los residentes de Acapulco comenzaron a limpiar vidrios rotos y trozos de yeso el miércoles luego del sismo de magnitud 7 localizado cerca de ahí que sacudió la mayor parte del sur de México y dejó una persona muerta.
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Mucha gente durmió a la intemperie y ha habido más de 150 réplicas desde la noche en las colinas que rodean el destino de playa en el estado de Guerrero.
El terremoto se produjo poco antes de las 9 pm y aterrorizó a las personas que salieron apresuradas a las calles en Acapulco y en Ciudad de México, donde sacudió edificios a casi 320 kilómetros (200 millas) del epicentro.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) informó que el sismo tuvo su epicentro a 17 kilómetros (unas 10 millas) al noreste de Acapulco.
“Afortunadamente no hay daños mayores”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador el miércoles. “Hasta ahora una víctima. Un joven que iba conduciendo una motocicleta y perdió la vida” en la localidad vecina de Coyuca de Benítez.
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El temblor causó algunos deslaves, pero las autopistas importantes se podían transitar. El aeropuerto de Acapulco suspendió operaciones, pero la empresa que lo administra dijo que planeaba reanudarlas normalmente hacia el mediodía.
Rumores de un posible tsunami provocaron miedo en barrios bajos inmediatamente después del sismo y algunos vecinos buscaron refugio en terrenos más altos, pero no se emitió una alerta ni se registraron cambios en el nivel del mar.
“Todos estábamos preocupados por alguna variación en el mar”, comentó Sergio Flores, que dijo que lo único que hizo cuando empezó el temblor fue abrazarse a su esposa en una parte de su jardín. “Oíamos el estruendo de la estructura, los ruidos de las ventanas, caían cosas adentro de la casa, el agua de la alberca se salió y fuera se escuchaban gritos, gente muy nerviosa”, relató.
En la zona turística algunos postes cayeron sobre autos frente a los hoteles. Los huéspedes se aglomeraron en las calles, nerviosos y a la espera de la señal de que todo había pasado. Algunos esperaron en el centro del bulevar marítimo con sus maletas.
El miedo a las réplicas hizo que más de 300 personas optaran por pasar la noche en la explanada de una unidad deportiva habilitada con ese propósito por la autoridad municipal.
“Estaba aterrorizada al ver cómo se movían las paredes de mi casa, que tiene 70 años de haber sido construida”, dijo angustiada Silvia Soto Navarrete, habitante de una colonia popular. Su casa quedó con las paredes cuarteadas.
Mientras una decena de estados revisaban afectaciones por el sismo, en Hidalgo, al norte de la capital, tenían que ocuparse también de la limpieza y los daños provocados por las recientes inundaciones en el centro de Tula, donde se desbordó el río homónimo.
Al menos 16 personas murieron en un hospital público de esa localidad. López Obrador dijo que los muertos por la inundación eran 17, pero no estaba claro dónde se produjo la otra muerte.