Al menos cuatro aviones fletados para evacuar a varios cientos de personas que quieren huir de Afganistán luego de que el Talibán se hiciera del poder llevan días sin poder salir del país, indicaron las autoridades el domingo, y surgieron versiones contradictorias acerca de por qué los vuelos no han podido despegar.
Un funcionario afgano en el aeropuerto de la ciudad norteña de Mazar-e Sharif dijo que los que desean abordar los aviones son afganos, muchos de los cuales carecen de pasaportes o visas, y por lo tanto no pueden salir del país. Dijo que se habían ido del aeropuerto en lo que se resolvía la situación.
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Sin embargo, Michael McCaul, el principal republicano de la Comisión de Asuntos Extranjeros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dijo que en el grupo había estadounidenses y que estaban a bordo de los aviones, pero el Talibán no les permitía despegar, de hecho “manteniéndolos como rehenes”. No indicó de dónde provino esa información. Por el momento no fue posible reconciliar ambas versiones.
Los últimos días de la guerra de 20 años de Estados Unidos en Afganistán se vieron marcados por un angustioso puente aéreo en el aeropuerto de Kabul para evacuar a decenas de miles de personas —estadounidenses y aliados suyos— que temían lo que les deparaba el futuro, dada la historia represiva del Talibán, especialmente hacia las mujeres. Sin embargo, cuando los últimos soldados estadounidenses se fueron el 30 de agosto, muchas de las personas que desean irse se quedaron en el país.
Estados Unidos prometió que seguirá trabajando con los nuevos gobernantes talibanes para sacar a las personas que quieran irse, y el grupo extremista prometió que permitirá que cualquiera que porte los documentos legales adecuados se vaya. Pero McCaul declaró en “Fox News Sunday” el domingo que ciudadanos estadounidenses e intérpretes afganos estaban siendo mantenidos dentro de seis aviones.
“El Talibán no los deja salir del aeropuerto”, señaló, y agregó que le preocupa que “ellos (los talibanes) vayan a exigir más y más, ya sea dinero en efectivo o legitimidad como gobierno de Afganistán”. No ofreció más detalles.
El funcionario afgano, que habló a condición de guardar el anonimato debido a lo delicado del tema, dijo que se trataba de cuatro aviones, y las personas que aspiran a viajar en ellos se estaban hospedando en hoteles mientras las autoridades dilucidaban si podrían irse del país o no. El punto más complicado, señaló, es que muchos carecen de los papeles adecuados para viajar.
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Los habitantes de Mazar-e Sharif también dijeron que los pasajeros ya no estaban en el aeropuerto. Al menos 10 familias fueron vistas en un hotel local aguardando, dijeron, una decisión sobre lo que harán. Ninguna de ellas tenía pasaportes ni visas, pero señalaron que habían trabajado para compañas aliadas de las fuerzas armadas de Estados Unidos o de Alemania. Otras fueron vistas en restaurantes.
El Departamento de Estado carece de una manera confiable de confirmar la información acerca de esos vuelos fletados, incluyendo cuántos ciudadanos estadounidenses podrían estar a bordo de ellos, ya que no tiene personal en el terreno, según un funcionario estadounidense. Pero el Departamento hará que el Talibán cumpla su promesa de permitirle a la gente viajar libremente, dijo el funcionario, que habló a condición de guardar el anonimato porque no está autorizado a declarar públicamente sobre el asunto.
Desde que el Talibán tomó el control de Afganistán ha buscado proyectar una imagen distinta a la que tuvo en la década de 1990, la última vez que gobernó el país e implementó controles estrictos en la sociedad. A las mujeres y a las niñas se les negó el trabajo y la educación, a los hombres se les obligó a dejarse la barba y se prohibieron la televisión y la música.
Ahora el mundo está esperando a ver cómo será el nuevo gobierno, y muchos afganos siguen escépticos. En las semanas que han transcurrido desde la toma del poder, las señales han sido mixtas: a los empleados del gobierno, incluidas mujeres, se les ha pedido que regresen a trabajar, pero posteriormente algunas mujeres recibieron órdenes por parte de talibanes de menor rango de que se fueran a sus hogares. Se ordenó reabrir las universidades y las escuelas, pero el miedo ha mantenido alejados a los estudiantes y profesores.