Como muchas otras drogas, la marihuana sintética se ha convertido en una sustancia de fácil acceso para muchas personas en la isla. En ocasiones, un frasco de esta droga podría adquirirse en un establecimiento de gasolina o hasta en un punto de venta de drogas ilícitas. Sin embargo, pese a su prohibición en 2012, el uso de esta sustancia continúa proliferándose.
De acuerdo con el psicólogo clínico, Luis Román, el uso de la denominada ‘marihuana sintética’ ha aumentado entre los usuarios que atiende en los pasados años. Incluso, desde la entidad para la cual labora, Intercambios Puerto Rico —una organización sin fines de lucro dedicada a la reducción de daños por el consumo de drogas— ha detectado que algunos participantes han dejado a un lado el uso de opioides inyectables para moverse al uso de esta droga.
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“Mi experiencia ha sido es que ha aumentado. He tenido pacientes que han dejado de usar opioides para usar la sintética. Y eso me ha pasado bastante, más de las veces que uno se imagina”, dijo el profesional de la salud en entrevista telefónica con Metro. Román indicó que en estos establecimientos la marihuana sintética se vende en bolsas llamativas y con colores y se mercadean como si se tratara de un producto de popurrí.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), esta droga, a pesar de llevar en su nombre ‘marihuana’, son productos alterados químicamente y son vendidas como productos ‘seguros’ y ‘legales’, cuando no lo son. Los efectos, pueden ser similares a los de la marihuana tales como relajación y otros como percepción alterada, psicosis, ansiedad, paranoia y alucinaciones.
A juicio de Román uno de los retos para combatir el uso de esta sustancia química estriba en que aún se desconoce lo que contiene esta sustancia. “La marihuana sintética ahora mismo a ciencia cierta no sabemos lo que tiene”, dijo el profesional de la salud. Los CDC también han alertado en torno a esto y han planteado que todos los años se manufacturan cientos de químicos de cannabis sintético. Además, han alertado sobre la peligrosidad de estas sustancias debido a que podrían provocar efectos nocivos en el sistema nervioso de una persona y podría resultar en la muerte.
Román añadió que esto provoca que estas sustancias evadan las prohibiciones promulgadas por el gobierno mediante la ley 154 de 2012 en donde se enmendó la Ley de Sustancias Controladas para incluir a la marihuana sintética como sustancia ilícita.
“Cuando empieza a surgir esto de la sintética, entonces se enmienda la ley y se incluye la sintética de lo que son sustancias ilegales. ¿Pero qué pasa? El problema es que dijiste que es ilegal, pero ¿cuál? Hay muchas sintéticas. Ahora mismo no sabemos qué contienen ese frasco”, señaló Román.
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El psicólogo clínico, además, mencionó que la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) no corrobora los ingredientes de estas sustancias ya que estas están marcadas que no son para consumo humano. “Lo primero que te dice es que no es para consumo humano. Así que en el momento que te dice que no es para consumo humano ya no hay FDA porque te dice que no es para consumo humano”, comentó.
Al desconocer los ingredientes de estas sustancias, Román también mencionó que no cuentan con un protocolo específico para atender una intoxicación por marihuana sintética. Por ejemplo, el psicólogo clínico indicó que una persona que experimenta una sobredosis de un opioide, como el fentanilo, se le podrían revertir estos efectos mediante el uso del medicamento naloxona.
Sin embargo, Román aclaró que una persona que sufre de una intoxicación por esta droga no se le puede administrar el naloxona. En cambio, contó que, en esos casos, se le toman los vitales a las personas y se les coloca oxígeno debido a que la marihuana sintética provoca que se reduzca el nivel de oxígeno en la sangre.
Y aún con las reglamentaciones que permiten el uso del cannabis medicinal, Román relató que algunos participantes del programa de Intercambios Puerto Rico se niegan a dejar a un lado la marihuana sintética. “Nosotros con los participantes tratamos de motivarlos a que cambien a la medicinal cuando hacemos intervenciones clínicas y les decimos: ¿por qué no cambiamos a la medicinal”, dijo. No obstante, mencionó que en ocasiones los participantes prefieren los efectos que les provoca la marihuana sintética y que reconocen que no serán alcanzados mediante el cannabis medicinal.