Los talibanes cerraron el sábado el acceso al aeropuerto de Kabul a la mayoría de afganos que tenían esperanza de que los evacuaran, justo cuando Estados Unidos y sus aliados están por concluir un desalojo aéreo caótico que pondrá fin a su presencia militar de dos décadas en Afganistán.
Los gobernantes occidentales reconocieron que su retiro implicaba dejar atrás a algunos de sus ciudadanos y a muchos locales que los ayudaron durante años, y dijeron que intentará continuar trabajando con el Talibán para que se permita a los aliados locales partir después de la fecha límite del martes que fijó el presidente estadounidense Joe Biden para concluir el retiro del país.
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Aunque la mayoría de sus aliados habían terminado sus vuelos de evacuación, Estados Unidos tenía planeado continuar sus vuelos de 24 horas hasta el martes y señaló que 113.500 personas fueron desalojadas desde el 14 de agosto, el día antes de que el Talibán capturara Kabul. Biden advirtió el sábado que sus comandantes le dijeron que otro ataque era “altamente probable en las próximas 24-36 horas” y la embajada estadounidense emitió un nuevo aviso el domingo en la mañana a todos los estadounidenses de que eviten por completo la zona del aeropuerto.
Gran Bretaña concluyó el sábado sus vuelos de evacuación, aunque el primer ministro Boris Johnson prometió “mover cielo y tierra” para conseguir que más personas que enfrentan la amenaza del Talibán sean trasladados al Reino Unido por otros medios.
El embajador de Gran Bretaña en Afganistán, Laurie Bristow, dijo en un video desde el aeropuerto de Kabul y difundido en Twitter que “ya era hora de concluir esta fase de la operación”.