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El extraño requisito que imponen Meghan Markle y el príncipe Harry al alquilar su mansión en California.

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El príncipe Harry y Meghan Markle, en enero de 2020, anunciaron que tenían la intención de abandonar el papel que desempeñaban en la familia real británica para dejar de ser financiados por la corona y volverse económicamente independientes.

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Posteriormente el 19 de febrero del año 2021, los duques, anunciaron oficialmente que ya no volverán a ejercer las funciones reales, dejando así de utilizar el tratamiento de alteza real. Esta pareja reside desde el año 2020 en su mansión ubicada en Montecito, Santa Bárbara, California, junto a sus dos hijos.

El príncipe Harry y Meghan Markle ponen en alquiler su impresionante “castillo”

Desde hace poco podemos ver que esta mansión se encuentra disponible en un sitio web especializado en la industria audiovisual llamado “giggster.com”. Y es que los duques de Sussex decidieron poner en alquiler su hogar para ser utilizado en filmaciones cuando ellos no estén en casa.

Debido a sus exclusivas y lujosas instalaciones, el príncipe Harry y Meghan Markle piden una impresionante suma 700 dólares por hora, con un contrato de mínimo 10 horas para alquilar la propiedad, pero el contrato viene aunado a varias reglas y restricciones.

La familia es muy estricta en cuanto a sus normas, algunas de ellas son que no se puede cocinar o fumar dentro o fuera de la casa, también está estrictamente prohibido el consumo de bebidas alcohólicas y tampoco se puede ingresar con animales de ningún tipo.

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Sumado a esto, el equipo de filmación debe ser de máximo 15 personas y por si fuera poco también agregaron otra condición importante y es que no se permite filmar escenas eróticas o sexuales dentro de la locación.

A pesar de estos inusuales requisitos, la mansión vale cada detalle, ya que cada rincón de la misma puede generar un encuadre perfecto para cualquier tipo de producciones audiovisuales, ya sea una sesión de fotos, o una filmación de series o películas.

Comenzando porque está ubicada en un vecindario conocido por su máxima privacidad, en una calle sin salida a la que solo ellos pueden acceder. Además, esta gigantesca mansión ocupa un terreno de 1600 metros cuadrados.

La casa está distribuida en dos plantas y un sótano, donde tienen nada más y nada menos que nueve habitaciones, 16 baños, una biblioteca, un spa, un gimnasio, una enorme casa de huéspedes, una sala de juegos y un cine.

La mansión de la pareja costó una suma impresionante de dinero

En la parte externa está una enorme y hermosa piscina, un parque de juegos infantiles, una cancha de tenis, pileta y un rosedal. Además, cuenta con una hermosa vista, donde se puede contemplar el mar y las montañas, ya que cuenta con varios jardines, grandes patios y un precioso estanque.

Al dejar Reino Unido, la pareja compró dicha mansión por una suma de casi 15 millones de dólares. Según MailOnline una fuente cercana a la pareja les confirmó que Carlos, el príncipe y padre de Harry, ayudó a su hijo a financiar la compra de la misma.

La fuente de MailOnline aseguró que “Carlos siempre estuvo dispuesto a ayudar y esta vez metió la mano en el bolsillo, es un padre devoto de sus dos hijos y siempre que pueda ayudarlos lo hará”.

Además, según el sitio web Vanitatis, la gigantesca y lujosa casa en algún momento llegó a valer casi 50 millones de dólares, así que el príncipe aprovechó esta nueva oferta de casi 15 millones y compró su actual “castillo” a precio de ganga.

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