Agentes del Negociado de la Policía de Puerto Rico, adscritos a los Precintos de Cupey, Puerto Nuevo y Río Piedras, investigaron preliminarmente tres querellas de timo y estafa recibidas durante la tarde de ayer, miércoles, y en las que se utilizó la aplicación de ATH Móvil.
Según se informó, en Cupey, la querellante, vecina de la urbanización Cupey Gardens, alegó que recibió una llamada telefónica donde alguien con voz de hombre, se identificó como un alegado empleado de la compañía Evertec. Posteriormente, le indicó que había una transacción no común, y que la estaba llamando para verificar, solicitando toda su información, la cual ella brindó.
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Al día siguiente, la perjudicada verificó su cuenta y se percató que le habían realizado cuatro transacciones por ATH Móvil de $500 cada una y dos transacciones de transferencias por la cantidad de $3,500. Para un total de $9,000.
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Esta querella fue investigada por la agente Gladys Torres, del Precinto de Cupey, quien la refirió a personal de la División de Propiedad del CIC de San Juan.
En otro caso, en el Precinto de Puerto Nuevo, se atendió otra similar donde el querellante, que se comunicó desde el Centro Médico de Río Piedras, señaló que mediante una llamada a su celular una voz masculina le indicó que su cuenta de ATH Móvil estaba bloqueada y había que activarla. Para esto, le pidió toda la información de él y le envió un código, el cual él devolvió y en ese momento se le reflejó una transacción por ATH Móvil de $200, sin su autorización.
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El incidente fue investigado por el agente Miguel A. Piñero, del Precinto de Puerto Nuevo.
Por último, en Río Piedras, en la Urbanización Hyde Park, se investigó una denuncia parecida, donde de acuerdo al querellante una persona con voz de hombre le indicó mediante llamada telefónica que su cuenta de AHT Móvil estaba bloqueada y había que activarla solicitando toda su información. Luego, le enviaron un código, el cual éste devuelve, y en ese momento le hacen una transacción por ATH Móvil de $332.00 sin su autorización. El caso fue investigado por el agente Edwin Álvarez, del Precinto de Río Piedras.