Mientras las proyecciones de la Coalición Científica y otros epidemiólogos apuntan a que Puerto Rico tendrá al 70% de su población inmunizada contra el Covid-19 para los primeros meses del 2022, el gobernador Pedro Pierluisi y su secretario de Salud, Carlos Mellado, insistieron que esa meta se alcanzará mucho antes, lo cual requeriría revertir la tendencia a la desaceleración que se ha experimentado por varios meses.
“Las predicciones que ellos hacen son predicciones que son sumamente válidas. La predicción que el departamento tiene es observar todos los días los casos y mirar la pandemia desde el punto de vista histórico, porque como dijo el gobernador, en noviembre 24 (de 2020), que fue el día pico en Puerto Rico, no teníamos vacunas, pero teníamos un sistema de rastreo ágil, que podíamos cuantificar esos pacientes, contenerlos y evitar la propagación. Médicamente, yo no te puedo dar una meta y decir ‘se acabó el Covid’. Ahora, a finales de verano, vamos a tener el 70%. Eso significa que tenemos el 70%, pero eso significará que no vamos a tener casos, negativo. Eso es lo que quiero que entiendan”, sostuvo Mellado en una rueda de prensa.
PUBLICIDAD
Al planteársele a Mellado que, al presente, la Coalición Científica espera –a base del ritmo de vacunación– que el 70% de la población esté completamente inoculada para el 23 de enero, Pierluisi intervino, rechazando de plano esa posibilidad.
“Eso es imposible. Ahora mismo estás en 61% mínimo. Es más, en las personas hábiles para ser vacunadas ya estamos cerca de 70%. No menospreciemos lo que ha logrado el pueblo de Puerto Rico. El presidente (Joe) Biden puso una meta y nosotros lo logramos un mes antes que la nación americana. Vamos a hablar claro, nosotros estamos séptimos en la nación americana. Puerto Rico ha dado cátedra. Basta ya de echar abajo el esfuerzo colectivo en Puerto Rico. Cada vez nos acercamos más al 70% del total de la población. En un momento dado se decía que era el 70% de las personas hábiles para ser vacunadas […] Con el mayor respeto a todos los epidemiólogos y los que quieren, como dice el secretario, y él quiere el 100%, lo importante es que sigamos vacunando”, dijo Pierluisi.
“En conversación entre el secretario y yo, se decidió que vamos a estar enfocándonos en áreas remotas, yendo hasta los hogares. Hay veces entonces que, por estar yendo a áreas remotas, puedes vacunar a 20 o 30 (personas) en vez de 200. Pero queremos ir a las áreas donde las personas no tienen facilidad de acceso. No estamos escatimando”, puntualizó Pierluisi.
El portal del Departamento de Salud detalla que el 76% de la población hábil –de 12 años o más– ha recibido al menos una dosis de la vacuna y el 66.6% completó el ciclo.
Durante la conferencia de prensa, el gobernador hizo extensivo a contratistas gubernamentales que trabajen de forma presencial, a empleados de la salud y a anfitriones y huéspedes de todo tipo de hospedería la vacunación. Al igual que con los empleados públicos, dijo Pierluisi, estos sectores podrán obviar la vacunación presentando resultados negativos al Covid-19 semanalmente, así como por razones médicas o religiosas.
PUBLICIDAD
El portal de Monitoreo de Covid-19 que utiliza la Coalición Científica para establecer recomendaciones refleja que, al final de la semana del 12 al 18 de julio, 57% de la población estaba totalmente vacunada. Dos semanas después, al 1 de agosto, la cifra había aumentado poco más un punto porcentual, a 58.3%.
El efecto de las variantes
Sin embargo, epidemiólogas consultadas por Metro advirtieron que incluso un 70% de la población inoculada probablemente no será suficiente para controlar la transmisibilidad del Covid-19, particularmente ante la aparición de variantes agresivas, como la Delta, que si bien no suelen enfermar gravemente a personas vacunadas, sí las infectan a tasas más altas y, por lo tanto, las convierten en potenciales vectores.
“Siempre he pensado que la inmunidad de rebaño iba a ser a un número más alto. La inmunidad colectiva depende de la transmisibilidad. Teniendo en cuenta que tenemos una condición que está variando todo el tiempo, puede ser una meta bien elusiva. Por eso es mi llamado desesperado a la gente a que ese vacune antes que esto se convierta en una cosa académica”, dijo la epidemióloga Ángeles Rodríguez, en alusión a las mutaciones que progresivamente pudieran reducir la efectividad de las vacunas disponibles.
La ex epidemióloga del Estado sí se manifestó sorprendida por la desaceleración que ha exhibido el proceso de vacunación con relación a los primeros meses, cuando incluso se limitaba el acceso a ciertos grupos poblaciones a base del riesgo de contagio y enfermedad.
“En algún momento, los profetas de la conspiración que política o religiosamente menos inclinados a vacunarse encontraron terreno fértil y estamos donde estamos”, dio Rodríguez.
Cruz María Nazario, catedrática de Epidemiología en el Recinto de Ciencias Médicas de Universidad de Puerto Rico, consideró que probablemente será necesario inocular entre 80% y 85% de la población total del país, una meta que se complica ante el hecho de que, al presente, no hay vacunas autorizadas para menores de 12 años, que componen poco más de 10% de los habitantes del país.
La académica criticó la flexibilización que ha recomendado el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en los pasados meses, y de las cuales se ha hecho eco el gobierno puertorriqueño, en términos de las medidas de precaución para personas ya vacunadas, pese a la mayor transmisibilidad de las nuevas variantes.
Con miras a revertir la tendencia en el ritmo de vacunación, Nazario alertó que es necesario abandonar tanto el discurso de miedo en las campañas de educación como la premisa de que la población que no se ha inoculado simplemente no ha querido hacerlo.
“Hay que llegar a las personas que, aunque se quieren vacunar, no tienen cómo llegar a ese centro comercial, a ese centro del gobierno. Creo que se han empezado a dar cuenta y han cambiado esa modalidad de quedarse sentaditos en sus escritorios, para empezar a moverse a buscar a esa gente que no se ha vacunado, que es la gente que vive de la mano a la boca, que no puede faltar a su trabajo”, puntualizó la epidemióloga.
En ese sentido, dijo que llegar a acuerdos con negocios de comida rápida para ofrecer la vacuna o hacer actividades en los propios lugares de empleo son alternativas que deben contemplarse.