Una suave lluvia ayudaba el lunes a los bomberos y militares españoles que combatían un gran incendio forestal que ha consumido unas 1.600 hectáreas (4.000 acres) en la región nororiental de Cataluña.
Las llamas avivadas por las altas temperaturas y los fuertes vientos habían calcinado para el lunes casi 1.300 hectáreas de bosques -la mayoría en una reserva natural- y unas 300 hectáreas de terrenos agrícolas desde que empezaron a arder el sábado por la noche, según las autoridades regionales.
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La zona afectada, entre las poblaciones de Santa Coloma de Queralt y Sant Martí de Tous, está unos 100 kilómetros (60 millas) al oeste de Barcelona.
Los trabajadores de emergencias esperaban controlar las llamas para el final del día, indicó Joan Ignasi Elena, secretario regional de Interior.
El 90% del fuego había quedado contenido después de que más de 300 bomberos y miembros de la Unidad Militar de Emergencias lo rodearan. Aviones y helicópteros arrojaban agua sobre las colinas humeantes.
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También se esperaba que la lluvia que empezaba a caer en la zona ayudara a las tareas de extinción. Los vecinos de dos pueblos cercanos recibieron orden el domingo de mantenerse a cubierto, aunque se les permitió salir para el lunes por la mañana.
Las autoridades investigaban las causas del incendio.
Los incendios forestales son una amenaza recurrente en verano en España, al igual que en buena parte del sur de Europa. Durante el fin de semana se combatieron al menos media docena de fuegos, incluido uno en la provincia oriental de Albacete que quemó unas 2.500 hectáreas hasta que fue controlado.
