Coronavirus

Aconsejan cautela según incrementa la tasa de positividad del Covid-19

Expertos reconocieron que los niveles de contagio probablemente aumentarán en el futuro inmediato, mientras resta por ver si se traduce en más hospitalizaciones y muertes

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Mientras Puerto Rico se apresta a rebasar nuevamente el 3% en la tasa de positividad en las pruebas moleculares de Covid-19, considerado por algunos como el indicador del nivel de control de la pandemia, expertos anticiparon que los contagios aumentarán en el futuro cercano, en gran medida debido a la reapertura prácticamente total en que se encuentra el país.

“Cuando se quitan las restricciones, especialmente en un país como Puerto Rico, que tendemos a ser tan gregarios, que nos gusta estar en grupos, compartir con la familia, las aglomeraciones son la consecuencia natural. Sabemos que las aglomeraciones con ausencia de mascarilla es el factor de riesgo más importante en términos de transmisión. En sitios cerrados, muchas personas, un solo contagiado puede ser suficiente para provocar un brote”, dijo la epidemióloga Ángeles Rodríguez.

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Ayer, la tasa de positividad, calculada a base de las pruebas de los últimos siete días, se ubicaba en 2.9%, habiendo aumentado ininterrumpidamente desde el 27 de junio, cuando se encontraba en 1.3%. El promedio de casos positivos diarios, en tanto, había ascendido a 43, respecto a los 23 que alcanzó en la última semana de junio, de acuerdo con el Monitoreo de Covid-19 de la Universidad de Harvard.

La ex epidemióloga del Estado aclaró que no considera la tasa de positividad como el principal indicador del panorama presente de la pandemia, toda vez que está “sesgado” debido a las fluctuaciones en la cantidad de pruebas que se realizan semanalmente. Actualmente, por ejemplo, se toman unas 12,000 muestras a la semana, cuando en abril la cifra llegó a acercarse a las 60,000.

Más bien, dijo la también infectóloga, prefiere anticipar los efectos futuros a base de sus interacciones con médicos primarios que atienden pacientes que enfrentan síntomas del contagio con el virus.

“Lo que me dicen tanto compañeros que trabajan en salas de emergencia como compañeros que tienen oficina privada es que están viendo más casos”, enfatizó Rodríguez.

Desde el comienzo de la pandemia, tanto en Puerto Rico como a nivel global, la tendencia se ha repetido en cada ‘ola’: a las semanas de aumentar los contagios, se refleja el incremento en hospitalizaciones, que a su vez se traduce posteriormente en muertes como consecuencia del virus.

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Sin embargo, con por lo menos el 55% de la población total inmunizada, luego de completar su ciclo de vacunación, cabría la posibilidad de que el potencial de ver cifras de muertes diarias en doble dígito, como ocurrió en diciembre pasado y entre abril y mayo de este año, se haya reducido.

“A pesar de que gran parte de la población hábil se ha vacunado, todavía tenemos un porcentaje de personas que no necesariamente lo ha hecho y esas personas están en riesgo de si la infección que desarrollan es fuerte, pueden terminar en el hospital. En este momento no estamos viendo eso, no estamos viendo repuntes en hospitalizaciones. Vamos a estar pendientes a ver lo que ocurre en los próximos días. Yo desearía que no, pero usualmente cuando surgen infecciones tarda algunos días en establecerse cualquier tipo de hospitalizaciones y eventualmente muertes. Espero que esto solo sea una exacerbación del momento y que con prudencia y tomando en consideración el hecho de que hay personas que no están vacunadas y tenemos las armas para protegernos, que son la mascarilla, el lavado de manos y distanciamiento, podamos continuar adelante con los buenos números que teníamos”, expresó, por su parte, Marcos López Casillas, gerente de investigaciones del Fideicomiso de Salud Pública.

López Casillas, igualmente, proyectó un aumento en la tasa de positividad en el corto plazo, particularmente debido a las celebraciones del fin de semana del 4 de julio, en combinación con la libertad de movimiento entre la población.

Contrario a Rodríguez, López Casillas favoreció la reapertura que entró en vigor hace una semana, al puntualizar que la flexibilización va dirigida principalmente a las personas inoculadas contra el Covid-19. Sin embargo, ambos reconocieron que la presencia en la isla de la variante Delta (B.1617.2), con origen conocido en la India, representa un elemento de riesgo adicional, si bien el sistema de secuenciación genómica en Puerto Rico ha identificado solamente cinco casos de esta mutación.

En el caso de la epidemióloga, manifestó particular preocupación por el hecho de que la tendencia al alza en los contagios ocurre a un mes del inicio del semestre escolar, cuando se espera que gran parte de los estudiantes puedan regresar a la educación presencial, luego de un año de clases a distancia.

“Era importante tratar de mantener las cosas como estaban para no afectar el principio de la temporada escolar. Eso es el peligro que enfrentamos, que para agosto tengamos un problema serio y que nos va a tomar unas semanas controlarlo. Sería terrible que los niños paguen las consecuencias de esta tendencia que estamos viendo. Yo todavía no lo llamaría un repunte, es una tendencia en alzada. Pero lamentablemente mi pronóstico no es muy positivo”, dijo Rodríguez.

“Lo que nos puede ayudar es que nos vacunemos y ejerzamos la prudencia en cuanto a las actividades que estamos haciendo y, particularmente para aquellas personas que no estén vacunadas, que se pongan las mascarillas y demás para que evitemos infecciones no deseadas, que es lo que no queremos tener”, indicó López Casillas, miembro de la Coalición Científica y catedrático de Química en la Universidad de Puerto Rico en Humacao.

Rodríguez, en tanto, reconoció que el gobierno ha hecho todo lo que está a su alcance para inmunizar a toda la población hábil en los siete meses desde que se introdujo la primera vacuna.

Sin embargo, urgió a las autoridades a, más allá de otorgar incentivos, establecer la obligatoriedad de la vacunación, particularmente en adultos que laboran en contacto con muchas personas, especialmente niños menores de 12 años, que todavía no son elegibles para recibir ninguno de los fármacos.

“Si avanzamos en vacunar podemos evitar una catástrofe. Si no lo hacemos, tenemos potencialmente una debacle en nuestras manos”, advirtió.

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