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Asesinato de Jovenel Moïse amenaza con sumir a Haití en más caos

El país ha luchado contra la inestabilidad política, junto con la pobreza extrema y la delincuencia

Fotografía de archivo del 7 de febrero de 2020 del presidente de Haití, Jovenel Moïse, llegando para una entrevista en su casa en Petion-Ville. AP/ archivo

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El asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse el miércoles parecía haber sumido en el caos a una nación ya turbulenta, empezando con la confusión sobre quién sigue en la línea de sucesión. Aquí presentamos un vistazo a la situación.

¿QUIÉN ERA EL PRESIDENTE ASESINADO?

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Moïse era un empresario de 53 años y un neófito de la política cuando fue juramentado como presidente de Haití el 7 de febrero de 2017. El exproductor bananero recibió una nación en crisis, pues había pasado un año sin un líder electo en ese cargo. Con el crimen, el país caribeño se sume en el caos.

Al asumir el puesto, Moïse se comprometió a fortalecer las instituciones, combatir la corrupción y traer más inversiones y empleos a la nación más pobre del hemisferio. “Podemos cambiar a Haití si trabajamos juntos”, dijo Moïse en los terrenos de lo que solía ser el palacio nacional, uno de los muchos edificios destruidos por un terremoto en enero de 2010 que provocó la muerte de miles de haitianos.

Sin embargo, la unidad que pidió nunca llegó, y su gobierno fue objeto de protestas masivas desde el principio. Incluso los comicios de 2015 en los que había sido electo fueron anulados, lo que obligó a volverlos a llevar a cabo, y también los ganó.

Los críticos lo acusaban de volverse cada vez más autoritario. Moïse había estado gobernando por decreto desde hacía más de un año después de disolver la mayoría del Parlamento en enero de 2020, en medio de un retraso en las elecciones legislativas.

En febrero, Moïse le dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que oligarcas poderosos habían hecho siete intentos para derrocarlo. También anunció ese mes que unas 20 personas habían sido arrestadas en un complot para cometer un asesinato. Pero posteriormente un tribunal de apelaciones rechazó ese alegato y puso en libertad a los acusados de conspiración, que incluían a un juez y un inspector general de la Policía.

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¿QUÉ SABEMOS SOBRE EL ASESINATO?

Los detalles son escasos hasta ahora. El primer ministro interino, Claude Joseph, dijo que hombres armados altamente entrenados, algunos de los cuales hablaban español o inglés, mataron a balazos al presidente en su casa. La primera dama también fue baleada y resultó herida.

Joseph dijo que la Policía y las fuerzas armadas estaban controlando la seguridad del lugar. Un residente que vive cerca de la casa del mandatario comparó el ruido del tiroteo con un terremoto.

El embajador de Haití en Estados Unidos, Bocchit Edmond, dijo que los atacantes eran “comandos profesionales bien entrenados” y “mercenarios extranjeros” que se hacían pasar por agentes de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés). No mencionó posibles sospechosos o motivos, y señaló que Haití ha pedido ayuda al gobierno estadounidense en la investigación.

Horas después del asesinato, las autoridades haitianas anunciaron que la policía había matado a cuatro sospechosos y detenido a otros dos. Sin embargo, no dieron detalles sobre sus identidades ni algún posible motivo.

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN EN HAITÍ?

El país ha luchado contra la inestabilidad política, junto con la pobreza extrema y la delincuencia, desde el fin de las brutales dictaduras de François y Jean-Claude Duvalier de 1957 a 1986.

Las pandillas criminales han expulsado este año a miles de personas de sus hogares, los manifestantes que exigían la destitución de Moïse en 2019 paralizaron gran parte de la economía y el país aún no ha comenzado a vacunar a sus 11 millones de habitantes contra el COVID-19, que está aumentando.

El representante de Unicef en Haití, Bruno Maes, comparó el mes pasado la situación de las pandillas con la guerra de guerrillas, “con miles de niños y mujeres atrapados en el fuego cruzado”. Por su parte, el director ejecutivo de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití, Pierre Espérance, dijo que las pandillas controlan aproximadamente el 60% del territorio del país.

La Policía y los militares también se han visto afectados, a menudo atacados por pandillas. Agentes enmascarados que dijeron pertenecer a una facción descontenta irrumpieron en varias comisarías en marzo para liberar a colegas que habían sido acusados de participar en un intento golpista. El gobierno reconstruyó el ejército apenas en 2017, pues fue disuelto en 1995 después de la caída de una dictadura.

La lucha política se ha profundizado desde el 7 de febrero, cuando líderes de la oposición afirmaban que el mandato legal de Moïse había expirado, cinco años después de la fecha en que habría asumido el cargo si las primeras elecciones hubieran sido consideradas válidas. Moïse argumentó que su mandato terminaba en febrero de 2022, ya que no prestó juramento hasta 2017.

El gobierno ha estado sin primer ministro formal desde abril, cuando Joseph Jouthe renunció en medio de un incremento en los asesinatos y secuestros. El Parlamento aún no ha aprobado a su reemplazo.

Con Moïse gobernando por decreto, el gobierno programó nuevas elecciones para septiembre y una posible segunda vuelta en noviembre. El gobierno también había impulsado un referéndum sobre una nueva constitución que, según los críticos, podría haber permitido al presidente extender su poder, pero esa consulta se ha retrasado también.

¿QUÉ SIGUE?

Las autoridades cerraron el aeropuerto internacional y declararon un estado de sitio.

Según la Constitución de Haití, el presidente de la Corte Suprema asumiría el puesto de manera temporal. Pero hace poco falleció a causa del COVID-19. Entonces, la Asamblea Nacional debería elegir un nuevo mandatario, pero eso no es posible porque de hecho no hay legislatura en la actualidad: ya expiraron los mandatos de los miembros de la cámara baja, así como de dos tercios de los senadores.

Eso deja al primer ministro interino, Joseph, a cargo del gobierno junto con sus compañeros ministros, según el abogado haitiano Salim Succar, que alguna vez fue jefe de gabinete del ex primer ministro Laurent Lamothe.

Pero Joseph sólo tenía el cargo de forma interina. Moïse fue asesinado un día después de que nominara a Ariel Henry, un neurocirujano, como nuevo primer ministro de Haití. Sin embargo, no había sido confirmado.

La incertidumbre podría generar más volatilidad antes de las elecciones generales más adelante este año.

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