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Licencias de paternidad: un paso impostergable hacia la equidad de género

En Puerto Rico, este beneficio se limita al sector público, donde apenas se ofrece una licencia remunerada de 15 días.

A pesar de los avances que desde el marco legal y otros frentes se han registrado en Puerto Rico relacionados con la equidad de género, los beneficios y protecciones laborales para padres y madres continúan siendo un área donde la disparidad contribuye a perpetuar los roles tradicionales entre hombres y mujeres.

“Si solamente reconoces en el ordenamiento una licencia de maternidad a las mujeres, pero no a los padres, estás perpetuando el rol de la mujer como criadora de los hijos, de la familia, la que debe cargar con ese peso, y entonces nos apartamos del principio de corresponsabilidad parental que tiene que existir en nuestra sociedad para echar la familia hacia adelante. Además, si tienes a la mujer relegada a criar a los hijos le privas de oportunidades de empleo, de progreso. Creo que es hora de que en Puerto Rico demos un giro enfocado en la familia y cómo estabilizarla”, planteó el profesor de Derecho laboral Jaime Sanabria.

En Puerto Rico, las leyes que regulan el sector privado no reconocen ningún tipo de licencia de paternidad, mientras que a los empleados públicos se les concede una licencia remunerada por 15 días luego del nacimiento o adopción de un menor de cinco años. Ambos escenarios contrastan con las licencias de maternidad, que se extienden por ocho semanas (56 días) en el sector privado y 12 semanas (84 días) en el sector público, al tiempo que la mujer tiene cierto espacio de discreción sobre el periodo previo o posterior al alumbramiento en que se acoge al beneficio, según explica la guía de Ayuda Legal.

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En el sector privado, además, las madres pueden solicitar una licencia de 12 semanas adicionales sin paga, pero sin que pueda ser removida de su puesto de empleo.

Para Sanabria, sin embargo, incluso los beneficios y protecciones legislados a favor de las madres trabajadoras se quedan cortos al comparar a Puerto Rico con países de avanzada en sus leyes laborales.

“Puerto Rico prácticamente ocupa el último vagón del tren de los países de toda América en beneficios por maternidad, reconociendo solamente 56 días de licencia remunerada cuando, por ejemplo, la Organización Internacional del Trabajo recomienda un mínimo de 98 días (14 semanas)”, señaló el abogado laboral.

Según Sanabria, países como Canadá, Holanda, Dinamarca, Finlandia y Francia “nos llevan una ventaja bien marcada” y deben servir de ejemplo en Puerto Rico al legislar sobre los derechos laborales de padres y madres.

“Muchos de ellos sí (reconocen licencias de paternidad equitativas o similares a las de maternidad). Y si no, ahora mismo la conversación está en la mesa para reconocerlo”, añadió el licenciado.

El 1 de febrero, el senador independiente José Vargas Vidot presentó un proyecto que por primera vez crearía por ley el derecho a una licencia de paternidad en el empleo privado, al tiempo que ampliaría la licencia en el sector público. El artículo 7 del Proyecto del Senado 155 propone enmendar la “Ley de Salario Mínimo, Vacaciones y Licencia por Enfermedad de Puerto Rico” (Ley 180-1998) para que los padres disfruten de una licencia remunerada de seis semanas, que puede comenzar una o dos semanas antes de la fecha prevista para el nacimiento. Las mismas disposiciones aplicarían para los padres adoptantes de infantes de cinco años o menos.

Sin embargo, Sanabria, luego de estudiar la pieza legislativa, considera que requiere enmiendas sustantivas para tener un impacto óptimo en las familias puertorriqueñas.

“Me parece bastante deficiente y defectuoso. Primero, porque está muy mal redactado; segundo, confunde mucho los conceptos jurídicos. Además, aunque es una buena iniciativa, no les reconoce los mismos derechos a los papás que a las mamás, en términos de la licencia. En la medida en que el proyecto de ley conceda una licencia de paternidad pero no reconozca el mismo derecho al padre que a la madre, se convierte en un proyecto de ley que está perpetuando el discrimen de ver la mujer como la matrona que cría a los hijos”, subrayó.

Sanabria señaló que, en la esfera federal, el presidente Joe Biden propuso recientemente al Congreso enmiendas a la Ley Federal de Licencia Médico Familiar (FMLA) para que la licencia de 12 semanas que provee sea remunerada.

“Un empleado tiene derecho a esa licencia federal si cumple con algunos de los criterios que la ley establece, incluyendo si va a tener un hijo o va a tomarse unos días para el cuido de sus hijos recién nacidos. Si esa ley se aprobase como Biden propone, se convertiría en la primera legislación aplicable al sector privado en Puerto Rico –a cierto tipo de patronos privados, definidos como aquel que tenga 50 empleados o más– de 12 semanas con paga y aplicable a los padres. Ahora mismo los padres del sector privado están desprotegidos”, recalcó.

Incluso ante la inacción legislativa que ha persistido a la fecha, Sanabria explicó que cada vez con más frecuencia los empleadores privados reconocen las ventajas de conceder licencias de paternidad a su plantilla.

“Ese sentimiento de inconformidad está aumentando cada día más. Lo escucho mucho en los pasillos, en las consultas diarias y veo a muchas empresas grandes reconociendo ya este tipo de licencia porque entienden que es un paso necesario a lo que llamamos la equidad”, puntualizó.

3 preguntas a… Jaime Sanabria

Profesor de Derecho Laboral, Universidad de Puerto Rico

¿Existe en Puerto Rico el discrimen de género contra padres que asumen un rol activo en la crianza? 

—Ciertamente en Puerto Rico se está legitimando el discrimen contra los hombres, en la medida que no se reconozcan las licencias de paternidad, porque estás tratando de manera distinta, por razón del sexo de ellos, a una persona a la hora de conceder unos beneficios como es la licencia. Sobre los hijos, tanto el padre como la madre deben tener la misma responsabilidad. Ahora mismo, todo lo que conlleve ser padre o madre debe ser algo compartido, y como sociedad nos beneficiaría. Los puertorriqueños debemos darnos cuenta que la familia está en peligro y hay que adelantar, proteger a la familia puertorriqueña, porque eso va a redundar en un beneficio social a la hora de plantearnos qué somos como nación puertorriqueña. Al mismo tiempo, teniendo familias estables, vas a tener trabajadores productivos, alegres, dispuestos a querer echar adelante una familia y unos hijos. Esa corresponsabilidad parental que hace falta que se estabilice, al mismo tiempo es lo que nos va a hacer corresponsables de la sociedad puertorriqueña.

¿Se refleja en los tribunales este discrimen por género?

—Todos los días conozco y escucho de casos en los tribunales de familia, donde a los padres se les da un trato de segunda o tercera categoría. No se les posiciona en el mismo lugar a la hora de evaluar la relación con los hijos, se suele todavía dar prioridad a las mujeres a la hora de tomar ciertas decisiones. En términos laborales no conozco algún caso de un hombre discriminado por razón de ser hombre. No lo he visto, pero te aseguro que pronto va a llegar.

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