El primer crucero desde la pandemia surcó el sábado por el corazón de Venecia, escoltado por trabajadores eufóricos del puerto y por remolcadores que, triunfantes, arrojaban chorros de agua cuando cruzó el Canal Giudecca, pero también por cientos de manifestantes en tierra y una armada pequeña de botes de madera con banderas con la frase “No más barcos enormes”.
La batalla por el futuro de Venecia fue dura al tiempo que el MSC Orchestra zarpó con cerca de 1.000 pasajeros. El viaje proclamó el regresó de los cruceros a la ciudad italiana después de una ausencia de más de 18 meses, pero el barco recomenzó un movimiento anticruceros que por más de una década se ha opuesto al paso de barcos enormes por la frágil ciudad en una laguna alegando riesgos ambientales y de seguridad.
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El gobierno del primer ministro italiano Mario Draghi se comprometió a inicios de año a prohibir los cruceros en la laguna de Venecia, pero alcanzar ese objetivo llevará tiempo. Incluso una solución provisional que cambiaría la ruta de los cruceros fuera del Canal Giudecca es improbable antes del año próximo. Sacar los barcos de la laguna, que tiene una longitud de más de 250 metros y un peso superior a las 90.000 toneladas, podría llevar años.
Venecia se ha convertido en uno de los destinos de cruceros más importantes del mundo en las últimas dos décadas. Es un negocio tan lucrativo que 667 cruceros transportaron a casi 700,000 pasajeros en 2019, según la asociación Cruise Lines International (CLIA).
Los pasajeros llegaban el sábado para abordar el crucero MSC Orchestra de 16 pisos y 92,409 toneladas, en un viaje de una semana, con paradas en el sur de Italia, en dos islas griegas y en Dubrovnik, Croacia. Fueron recibidos en el puerto con carteles de bienvenida.
Antonella Frigo, de la cercana Vicenza, se dijo emocionada de poder finalmente salir de vacaciones. La pandemia hizo que su fecha de salida se retrasara varias veces. Sin embargo, también simpatiza con la idea de que los enormes barcos no pasen por el centro de Venecia.
“Siempre he dicho que deberían ser retirados, pero lo siento, tengo que partir de Venecia, dado que vivo cerca”, dijo Frigo, después de que ella y un acompañante llegaron a la terminal de cruceros. “Pero espero que los puedan desviar, aunque me pregunto si no será posible sugerir otra solución para que no pasen por donde no deberían”.
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El mensaje a los pasajeros que disfrutaban de una vista de Venecia desde las cubiertas del barco fue mixto, conforme el crucero navegaba por el Canal Giudecca, pasando frente a la Plaza de San Marcos, el Palacio Ducal y el Puente de los Suspiros.
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Cientos de venecianos se reunieron en una protesta estridente en un lado del canal para exigir el cese inmediato del tránsito de los cruceros por la laguna, argumentando que existe una serie de decretos previos que nunca se ejecutaron.
El MSC Orchestra respondió sonando ruidosamente su bocina, mientras que dos docenas de botes con empleados del puerto celebraban la reanudación de los cruceros y el regreso al trabajo para cientos de empleados portuarios. De acuerdo con el Comité Laboral de Venecia, más de 1.700 trabajadores se benefician directamente de los cruceros, desde conductores de remolcadores hasta personal que carga maletas, y otros 4.000 empleos dependen de este sector de la economía.
La larga batalla por los cruceros que zarpan y llegan a Venecia se intensificó después de que el crucero Costa Concordia se hundiera frente a la Toscana en 2012, matando a 32 pasajeros y tripulantes. Se agudizó después de que otro barco, el MSC Opera, chocara contra un muelle y un barco turístico, hiriendo a cinco personas, mientras maniobraba a través del Canal de Giudecca hace dos años.
En todo ese tiempo no se ha encontrado ninguna alternativa viable.
La asociación de cruceros manifestó su apoyo al traslado de barcos más grandes a otras áreas para evitar el Canal Giudecca, pero sostiene que los cruceros aún necesitan acceso a la laguna de Venecia.
Si bien algunas compañías de cruceros han experimentado con los puertos de Trieste (al oeste) o Ravenna (al sur) como puntos de desembarco para quienes visiten Venecia durante la pandemia, los funcionarios de turismo dicen que la ciudad de 1.600 años de historia sigue siendo un puerto de escala clave para los cruceros en el Mar Adriático y Mediterráneo oriental.