El hombre que mató a tiros a nueve de sus compañeros de trabajo en un complejo ferroviario en California tenía almacenadas armas y 25,000 cartuchos en su casa antes de incendiarla para que el fuego coincidiera con la masacre que perpetraría en su centro laboral contra el que estaba furioso desde hacía años.
Los investigadores encontraron 12 armas, varias latas de gasolina y lo que parecían bombas Molotov en la vivienda de Samuel James Cassidy, de 57 años, en San José, dijo la oficina de la sheriff del condado de Santa Clara en un comunicado publicado el viernes.
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El sujeto también recurrió a un peculiar método para retardar el incendio de su casa mientras él se encontraba fuera: puso “munición en una olla sobre una estufa”, dijo el agente Russell Davis, a The Associated Press. El líquido en la olla —sin que los investigadores sepan aún que había dentro— alcanzó el punto de ebullición, encendió un acelerante y posiblemente la pólvora de los cartuchos cercanos.
El arsenal encontrado en la casa incendiada de Cassidy se suma a las tres pistolas 9 milímetros que llevó el miércoles a la Autoridad de Transporte del Valle de Santa Clara en San José, dijeron las autoridades. El hombre también tenía 32 cargadores de alta capacidad y efectuó 39 disparos.
Las pistolas encontradas en el lugar estaban registradas legalmente a nombre de Cassidy, informó Davis, sin abundar en detalles sobre cómo las obtuvo. Davis no especificó el tipo de armas que los agentes encontraron en la vivienda ni si Cassidy tenía posesión legal de ellas.
Las autoridades dijeron que la casa estaba en desorden, había apilamiento de objetos al punto de que parecía que Cassidy quizá era un acumulador de cosas, y tenía armas guardadas cerca de los pasillos próximos a las puertas y en otros lugares.
El sargento Joe Piazza dijo a la prensa que los diversos lugares donde Cassidy guardaba las armas quizá le habrían permitido “acceder a ellas en un momento de emergencia” tal vez en caso de que la policía fuera a su casa.
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Cassidy se quitó la vida cuando los agentes del sheriff ingresaron rápidamente en el complejo ferroviario en el corazón de Silicon Valley, donde mató a tiros a nueve hombres de entre 29 a 63 años. Había trabajado en el lugar durante más de 20 años.
Las causas de la masacre continúan en investigación, dijeron las autoridades.
Aunque testigos y la sheriff Laurie Smith del condado Santa Clara han dicho que al parecer Cassidy baleó específicamente a ciertas personas, la oficina de la sheriff dijo el viernes que “es evidente que el suceso fue planeado y el hombre estaba dispuesto a utilizar sus armas de fuego para quitar tantas vidas como le fuera posible”.
El padre de Cassidy, James, dijo al Mercury News en San José que su hijo sufría trastorno bipolar. Señaló que eso no era excusa para cometer la masacre y ofreció sus disculpas a las familias de las víctimas.
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