La policía hablaba el domingo con aldeanos en el norte de India para investigar la recuperación de cuerpos enterrados en tumbas poco profundas en la arena o aparecidos en las orillas del Río Ganges, lo que provocó especulaciones en medios sociales de que eran cadáveres de víctimas del COVID-19.
Policías en todoterrenos y barcos utilizaron altavoces con micrófonos para pedir a la gente que no dejara los cuerpos en ríos. “Estamos aquí para ayudarles a realizar los ritos funerarios”, decían los agentes.
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Las lluvias del viernes dejaron al descubierto las mortajas que cubrían varios cuerpos en tumbas poco profundas a orillas del río en Prayagraj, una ciudad en el estado de Uttar Pradesh.
Navneet Sehgal, portavoz del gobierno estatal, negó el domingo los reportes en medios locales sobre que en las últimas dos semanas se habían recuperado más de 1.000 cadáveres de víctimas de COVID-19 en ríos. “Apuesto a que estos cuerpos no tienen nada que ver con el COVID-19”, dijo.
Algunos aldeanos no cumplieron con la tradición de incinerar a sus muertos debido a una costumbre hindú sobre algunos periodos de importancia religiosa, y los dejaron en ríos o excavaron tumbas en las riberas, dijo.
Las autoridades han destinado un terreno a las cremaciones de fallecidos de COVID-19 a la orilla del Prayagraj y la policía ya no permitirá entierros en la ribera, afirmó K.P. Singh, oficial de policía de alto rango.
Las autoridades han encontrado “un pequeño número” de cuerpos en las orillas, dijo Sehgal, que declinó dar una cifra.
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Ramesh Kumar Singh, miembro de Bondhu Mahal Samiti, una organización benéfica que ayuda a incinerar cadáveres, dijo que la cifra de muertos era muy alta en zonas rurales, y que la gente está dejando cuerpos en los ríos por el enorme coste de celebrar los últimos ritos y a la escasez de madera. El coste de la cremación se ha triplicado y llega a las 15.000 rupias (210 dólares).
Las autoridades sanitarias recuperaron la semana pasada 71 cuerpos aparecidos en la orilla del Río Ganges, en el estado vecino de Bihar.
Las autoridades hicieron autopsias, pero dijeron que la descomposición impedía confirmar la causa de muerte.
Los dos grandes estados de India, Uttar Pradesh y Bihar, con casi 358 millones de personas en total, están entre los más afectados por el brote de coronavirus en el país, que ha disparado las cifras de muertos. Aldeanos desesperados llevan a los enfermos a ciudades y pueblos cercanos para que puedan recibir tratamiento, pero muchos mueren en el camino, víctimas del maltrecho sistema indio de salud.
El número de contagios, que batió récords durante semanas, se estaba estabilizando, indicó el doctor V.K. Paul, experto gubernamental de salud.
El Ministerio de Salud reportó el domingo 311,170 casos confirmados en las 24 horas previas, por debajo de los 326,098 del sábado.
También informó de 4,077 nuevas muertes, lo que elevó el total de fallecidos a 270,284. Los expertos creen que casi con certeza, las dos cifras están muy por debajo de lo real.